Aquí sigo. Creo que lo que mejor describe como me siento desde hace dos días, es esta foto:
De todas formas, este león marino al menos tiene pinta de dormir...cosa que yo no hago, creo, más que en tramos de 45 minutos, tal vez una hora ¡estoy cansada! Al menos ya tengo vacaciones, y no tengo que ir a trabajar, lo cual es un gran alivio, además de no tener que madrugar para llevar al cole a la nena ¡bien!
La navidad me trajo unas piernas como troncos, pero no me quejo. Eran una cosa así más o menos, con tobillos completamente invisibles:
hinchazón, de la nochebuena a la navidad, que fuimos a urgencias, por miedo a una preeclampsia. Pero todo estaba bien, tensión, proteina...nada. Todo sigue en orden salvo estas patorras como troncos, aunque gracias a beber mucho agua y tenerlas en alto, se ha reducido un poco.
Ojo, que no tengo nada en contra de las uñas rojo-pasión-locomotora....pero éstas, las de la foto NO SON MÍAS, porque no son mis pies. Me negué a fotografiarlos, así que agradezco a quien los publicó para que yo los encontrara en google.
Fue tan repentina la
Tenemos un lomo curándose en el tendedero, donde le dan unas corrientes heladas y secas, propias de nuestra tierra, que nos lo van a curar que da gusto. La receta original, la idea, la podéis encontrar en casa de
Valdomicer; al que hemos seguido "casi" al pie de la letra.
Mi santo no estaba muy convencido ¿seguro que esto no se pudre? ¿Cómo va a ser tan fácil curar una cabezada de lomo?
Yo me lancé. A unos 40 días más o menos de que se levante la veda por toxoplasmosis, es decir, el tiempo máximo que aún podría estar embarazada, ya no lo pensé más, y me fui a por una cabezada de lomo a mi carnicero de cabecera. Pesó casi 2 kilos, 1,700 para ser exactos, lo cual influye, según Valdo, en el tiempo que tendrás que tenerlo en la nevera con la sal.
Pese a las reservas de mi santo, se lanzó a "ayudarme" es decir, a intentar llevar la batuta como siempre que me meto yo primera en la cocina (dos chefs al fogón...no se llevan bien)
Al final, como digo, se salió con la suya, y se puede decir que fue la mano ejecutora en todo momento, y que como casi todo lo que planeamos y hacemos, al final lo hicimos juntos...
Este era el bicho:
Nos permitimos modificar la receta de Valdo, elaborando un adobo de pimentón de la vera, aceite de oliva virgen extra, y 8 dientes de ajo machacados en el mortero. Lo extendió bien, masajeandole con mucha dedicación...El carnicero había tenido a bien atarme un cordón muy fuerte arriba para que luego pudiéramos colgarlo. Así quedó con el adobo:
Buscamos la fuente más larga que teníamos, pero aún así, tuvimos que "torcerle" un poquito para que entrara. Pusimos una base grande de sal gorda, el lomo, y lo cubrimos bien de sal. Al pesar casi dos kilos, lo tuvimos 24 horas en la nevera. Según Valdo, si es menor de un kilo, tal vez fuera demasiado tiempo en sal, por lo que no convendría tenerlo tanto si fuera menor.
A las 24 horas, sacarlo de la sal. Tendrá esta pinta:
Como vemos, ya empezó el proceso de "secado" puesto que ha reducido su tamaño al empezar a perder líquido interno por la acción de la sal. Truco: es el mismo principio por el que no se debe salar un filete crudo, porque empieza a perder el agua. Hay que hacerlo cuando una de sus partes ya está frita, cuando le damos la primera vuelta, vaya. O lo mismo de porqué la lechuga queda lacia a los pocos minutos de aliñarla, por eso no hay que hacerlo hasta justo el momento de consumirlo.
Lavamos muy muy bien el lomo para quitarle todos los restos de sal, y lo secamos muy bien. Insistir en los pliegues que pueda haber, como con los niños chicos.
Envolver con mimo y cuidado en un paño limpio, y poner en la nevera durante 3 días. Así nos quedó, pues hasta le pusimos malla por fuera (no se la pusimos al lomo antes, puesto que el carnicero nos aconsejó que si se la poníamos antes se clavaría en la carne, absorvería el adobo y no nos arreglaría nada...Ponérsela al trapo fue una tontería nuestra para que quedara compacto. Vaya si quedó:
Y a los 3 días, desenvolvimos nuestro proyecto de lomo curado, y lo colgamos en el tendedero...y a esperar.
Y yo, como siempre, no pude evitar establecer la relación con nuestras vidas y lo cotidiano. Cuando lo colgamos pensé en que, como la curación total del lomo, unos 40 días, podría yo, dadas las fechas, estar todo ese tiempo aún embarazada. Que bien podría nacer el 15, que en esos 40 días...con sus 40 noches. Lo cual no sería extraño puesto que con la nena, fui muy tardona para parir también. Y pensé en como, mi santo y yo, como todo, acabamos asumiendo las cosas juntos de la mano, creando y llevando a cabo proyectos juntos...
No es lo mismo adobar, lavar, cuidar, secar y curar juntos un lomo, que tener otra hija...pero es que todas esas cosas, de menor, o mayor importancia...las hacemos juntos.
Espero que la próxima foto, sea la de nuestra bebé ya. De momento, la del lomo en curación:
Espero que hayáis tenido una feliz, feliz navidad, y que 2011 sea un año de lo más bueno y bonito para vosotros.