sábado, 19 de septiembre de 2009

Enseñarás a comer (o comer de todo y ¡dando gracias!)


Mi hermana, menor que yo, fue mamá antes, así que eso que gané en cuanto a dudas. Y recuerdo que cuando mi niña era pequeñita, y yo le iba introduciendo nuevos alimentos (con cuentagotas, ya sabéis que precavidos son los pediatras ahora con las alergias e intolerancias) mi hermana me decía:

-No olvides que tendemos a no darles lo que no nos gusta a nosotras mismas, y tienen que comer de todo.

¡Era verdad! Sin querer ya en sus purés yo estaba evitando todo aquello con lo que no estaba familiarizada, o no me gustaba...calabaza (no me gusta el dulzor en las comidas saladas) y otras. Bueno, reconozco que no he llegado a darle remolacha jamás (ver gilipolleces al respecto aquí) pero sí me hizo reflexionar en su momento sobre como condiciona la educación de nuestros hijos (comidas incluidas) nuestras propias convicciones culturales. Puede parecer una perogrullada, pero ya sólo con la gastronomía, imaginad, si sólo te voy a enseñar lo que a mí me gusta...que limitaíto va a ser tu mundo, hija mía.

Son esas frases "básicas" en la vida, al menos en la mía. Esas frases dichas por alguien especial, en un momento concreto, que suponen un punto de inflexión en tu mundo y tu manera de ver las cosas respecto a algo. Quiero decir, que ésto me lo dice sin tener yo hijos, y a otra cosa, mariposa.


Infinitas veces nos hace falta el contexto para entender bien las cosas, la empatía práctica será cientocincuentamillonesdeveces más eficaz (e inesperada, y automática e inconsciente) que la empatía teórica, forzada y políticamente correcta.

Desde entonces, en el caso que nos ocupa ahora, que es la comida, intento hacer el esfuerzo y mirar los productos que jamás compraría para mí, y aunque siempre trato de hacerle platos "de niño" (con deliciosas calorías que les hacen falta), también le pongo una muestrecita de todo lo que "no suelen comer los niños" ensalada, setas, verduras no tan infantiles etc ¿cómo si no hubiéramos descubierto que adora el pulpo? Ya digo, siempre una pequeña muestra testimonial en su plato. Siempre la digo que intentaré si no le gusta, ponérselo menos veces, pero lo tiene que probar. Y así también ha descubierto que no le importa comer calabacín a la plancha porque "no sabe casi a nada, máaama"

¿Y por qué todo esto, hoy? Pues por hablar de mi hermana, en primer lugar, que me hizo con esta frase de "maestra de vida" y porque además pronto trabajará en lo que quiere trabajar (sólo 10 puestos para el gran día) y está en mi pensamiento todo el rato, y en el momento que me llame para decirme ¡por fin llegó!

Y porque en este blog tan chulo, encontré este poema de la Madre Teresa sobre los hijos que me ha parecido precioso:

Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.

Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.


Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.

Sin embargo...
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.
Madre Teresa de Calculta


Dulces sueños.
Por cierto, hoy cenamos Sepia a la plancha (con ali-oli, por supuesto, que para eso me monto en la bici elíptica) ensalada de canónigos con ajito, aceitunas negras picaditas, tomate y anchoa con un Lambrusquito Caviccioli rico rico (dado que no hay churumbel en mi barriguita ¡cachis!).
¡¡Para que luego digan que la privación no sabe buena!!

jueves, 17 de septiembre de 2009

Hamburguesa sin pan (ni falta que le hace...y sigo pedaleando)


Esta es la bici (parecida, la mía es más baratilla y de andar por casa) que me he comprado. Sudo cual gorrina aún pretendiendo hacerlo suave. Esto marcha.

He pensado añadir una nueva etiqueta a los post para cuando necesite recordar ideas de comidas ricas, y que no sean ni muy elaboradas, ni ultracalóricas para épocas de privación. Así que utilizaré esa etiqueta "Privación que no dieta" en post que contengan este tipo de recetas ricas pero sanas. Ah, y muy importante...casi todas respetarán el principio de la dieta disociada, es decir, sobre todo no mezclar en la misma comida hidratos de carbono (pan, patatas, pasta, arroz etc) con proteinas (huevo, pescado, carne) Esto no significa que haya que eliminar los carbohidratos de la dieta, es sólo que hay que comerlos en otro momento, y acompañar las proteinas con ensaladas, verduras o frutas (snif, adiós tortilla de patata, hola melón con jamón)




La verdad es que de plancha parece que te hartas rápido (sí, de ambas, de la de ropa y de la de comer) pero tenemos que contar que sabores hay cientos, y eso es lo que tenemos que explotar. Hoy por ejemplo hemos cenado Mero a la plancha (jugosísimo) con espárragos verdes y setas blancas de bandeja, todo a la plancha también. Los espárragos buenos, además nos encantan, pero os aseguro que las sencillas setas con este pescado era todo un placer al paladar (vamos, que estaba bueno que te cagas)

Pero hoy iba a poner además mi última invención: Hamburguesa sin pan...y os aseguro que no eché de menos ni por un momento ni el pan, ni las patatas fritas...Tengo foto, así que la pongo que asín me explicoteo mejor:







Este día llevaba de acompañamiento brócoli...porque estaba en la nevera y había que gastarla, y le vino de perlas, pero vamos, que se le puede poner un poquito de ensalada.


Y la hamburguesa que veis, no lleva más que lo que se ve:


-Una capa de setas grandes a la plancha. Al gusto, ¡generosos!

-Una capa de tomate fresco cortado finito ¿qué tal un poco de orégano? se me está ocurriendo ahora...

-El filete a la plancha de carne picada de ternera, o pollo, o cabra o avestruz, lo que os salga de...la nevera

-Otra capa de tomate cortadito

-Y terminamos con otra capa de setas a la plancha


Aplastad bien con la paleta en el plato, y os recomiendo al comer, cortar trocito que tengan todos los ingredientes ("El bocado perfecto" de Barbra Streisand en la peli El Amor Tiene Dos Caras)


Ya me contaréis...

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Pisto sin pan (y me he compradounabicieliptica)



¡Cómo me gusta el pisto! Y es que va con todo...pisto con huevos, o para hundir un buen bacalao, o atún ¡¡hummmm!! o con una simple barra de pan.
La foto ha sido cedida, como otras veces que no es mía, por San Google, así que si la ve su amo y le molesta, por favor, que me lo diga y ya la estoy quitando o nombrando autor, a elegir.



Ayer hice el mejor pisto de mi vida. Que sí, a lo mejor suena subidito, pero visto el que yo hacía, y el que ya por fin, he copiado literalmente de mi madre...vamos, que no hay color.


Tradicionalmente yo hacía el pisto poniéndolo todo a cocinar a la vez (ojo, que no está malo). Definiendo "todo":


-2 kg de tomates maduros (o de bote)

-2 cebollas importantes

-3 dientes de ajo
-Un calabacín hermoso o dos pequeños
-Una berenjena buena

-Un pimiento verde

-Un pimiento rojo

Yo antes lo rehogaba todo cortadito, en aceite de oliva, y por último le añadía el tomate (y una cucharadita de bicarbonato para eliminar la acidez, o también azúcar, pero a mí no me gusta tanto) y ¡hala!, a cocer despacito una horita larga.

Como decía, quedaba todo más o menos homogéneo (y más si le pasas la turmix o el pasapurés, claro) y todo deshecho, y el calabacín ni le ves.

En verano, en casa de mi madre volví a comer su idolatrado pisto...y sus trocitos impolutos de calabacín, pimiento y berenjena


-¿Cómo es que no se te deshacen máaaama?



-Porque primero frío el tomate y la cebolla, y cuando ya está hechito, le añado todo lo demás, cierro la olla exprés y que se termine en unos minutitos.


Pues no tiene más, este es el truco del pisto de mi madre. Y sin desdeñar además que se conservan mejor las vitaminas de las verduras que hemos añadido en los últimos minutos.

Delicioso. Y bastante consolador cuando una se está privando de un montón de cosas elaboradas y riquísimas. Hoy la pechuga a la plancha con el pisto se bastaba y se sobraba para saciarme. La verdad es que hambre no paso, ni siquiera entre horas porque como fruta, pero sí ansiedad y ganas de guarrerías...

Lástima de pan con el pisto....(sólo tomo pan en el desayuno) pero bueno, como decía en el título, me he comprado la bici elíptica que ha puesto el Carreflús de oferta. Aunque mi cuñada, pesá como ella sola y voluntariosa ¡eso sí! que lleva dos años la tía sin faltar mínimo 3 veces por semana a su gimnasio, se opone, y dice que la compre buena que esa tiene poco nivel "de sufrimiento" ¡¡¡mira tú que bien, porque yo, que nunca hago nada, con esto voy sobrada!!!
Pues como decía, que muy a su pesar, la he cogido barata...porque no sé cuanto me va a durar el arranque de sudar porque sí, así que, si me porto bien y la rompo porque la saco todo su jugo, estupendo, ya me compraré otra buena-buena. Y si no...más vale dejar una bicicleta elíptica nueva y barata que no cara ¿no?
A ver si mañana cuelgo mi hamburguesa especial sin pan...absolutamente deliciosa.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Lubina tibia (o ya me hablo con el pescadero, aunque él aún no lo sepa)


No sé como empezar este post. No sé si contar como hice la lubina, o cómo la terminó de disfrazar mi santo, o cómo he vuelto al redil de mi pescadero habitual, o el porqué dejé de hablarle.


Bueno, para romper el hielo, pongo el resultado final de la lubina, y ya voy contando todo lo demás. Total, hay confianza para leerme y decirme ¡vaya rollo!, o hasta ni terminarlo, pero eso sí, comentar y decir "Tita, hoy estás intragable"



Buena pinta ¿eh? Pues es bien facilón. La foto es mía, pero que la coja quién quiera (eso sí, si alguna vez gana dinero con ella, que reparta con las oenegés por favor)

Somos muy raros. Compramos en mil sitios. Porque nos gusta la carne de aquí, la leche de allá, el helao del mercadona...en fin. Hago la compra grande del mes en un sitio, y la carne y el pescado en otro diferente...bueno, hasta que el pescadero se pasó de listo, y yo me cabreé como una mona. Resulta que en esta pescadería están por turnos, un día el dueño (el listo) y al siguiente el dependiente, un chico encantador y muy muy buen profesional. Pues fui un lunes a por unos mejillones, que somos muy mejilloneros nosotros y se los pido al chico "ponme 2 kilitos de mejillones, anda" y me dice el chico en bajito "ni hablar, ¿como vienes hoy lunes? estos son del sábado, vente mañana"




Decido declararle mi lealtad eterna a esta buena persona, y me voy dándole las gracias. Al día siguiente vuelvo, pero no está el chico, está el dueño. Yo noto que hay pescado fresco, pero también está mezclado lo de ayer lunes, o sea, lo del sábado. Y pese a ver que la caja de mejillones parece tener la misma cantidad...me arriesgo y le digo ¿Son de hoy los mejillones? El dueño duda en un microgesto minúsculo, y me dice mintiendo (ahora lo sé) descaradamente SI. Pues venga, dos kilos.

Alguno habría fresco, no lo niego. Pero juro que los cocí al vapor, y tuve que tirar según los abría más de la mitad. Y los que llevé a la mesa solo pudimos comer dos, uno mi santo, otro yo, si siempre los has comido frescos y en buenas condiciones...los otros cantan un montón. Así que los guardé en una bolsa, absolutamente indignada, y se los llevé al día siguiente ¡lástima, estaba el dependiente, claro! así que le di las gracias a él, y le dije que le dijera a su jefe que estaban en mal estado. No esperé más, me fui volando a trabajar.



Como la carnicería está al lado, y a esa siempre vuelvo, otro día no tardó el dueño de la pescadería en pedirme explicaciones ¡él a mí! que amablemente le di. Él, claro, no sabe que juego con ventaja, y que sé por su dependiente que mezcló los buenos con los atrasados. Pero no puedo exponerle, le digo que confío en su palabra, tú me dijiste que eran buenos ¿no? pues en Mercamadrid te deben haber colado los malos, señor mío. Y no vuelvo más, prefiero las pescaderías que tienen que cerrar a media tarde porque se han quedado sin género, a las que compran de más, y por no tirarlo (normal) te lo van metiendo al día siguiente, y al siguiente, y al otro...

El resultado es que tuve que emigrar buscando nuevas alternativas, lo cual no es fácil. Soy muy muy exigente con el pescado, y además, con tanto olfato como tengo...cualquiera regular me expulsa sin querer. Las pescaderías buenas, buenas, las frescas, tienen un olor muy agradable a pescado fresco y a mar, no sé si me explico. Que no molesta, vaya.



Las lubinas no son del señor este ¿eh? no vayáis a creer. Son de la pescadería de mi lugar de compra grande habitual. Llegué justo cuando estaban sacando el pescado recién traido y la lubina estaba tan fresca que me dió los buenos días y todo: Juzgar vosotros mismos, escamas brillantísimas, ojo brillante y sin hundir (en la foto no se ve muy bien) y las branquias bien coloraditas. Además, las congelé, y mirad su aspecto una semana después:



Pues eso. Hice la compra del pescado, y contentísima, ¡qué fresquitas, las lubinas, las doradas, los bacaladitos, el salmón! Una señora arrampló con la última merluza mientras yo la decía adiós con lágrimas en los ojos...



Y a los pocos días fui al otro sitio a por la carne. Y al pasar por la pescaderíadondenomehablabaconelpescadero veo el género que tiene el muy....y como está tan fresquito, y para mí eso es un imán, y total, como no está él, que está el dependiente....pues mira, trago saliva y me guardo la dignidad en el zapato; así que no resisto la tentación y arramplo también con sepia, mero y termino suplicándole al mancebo "no le digas a tu jefe que he estado aquí ¿eh?" el chico se ríe y se hace el tonto, y dice que no pasa nada que las clientas también tienen preferencias, "tú dí que prefieres que te atienda yo y ya está". Yo le recuerdo lo que pasó, y el chico hace lo que no hizo el agarrao de su jefe en su día, me pone gratis (bueno, bien pagados estaban hacía meses) más o menos un kilo de mejillones que con un guiño me dice "Ya verás como éstos no los tienes que tirar". Vergüenza ajena me da que la gente pierda clientes por ganar 4 euros que costaron aquellos mejillones ¡jolín!



Ya le dije al chico, "cuando tú pongas pescadería, allá que voy de clienta" Se ríe, y dice que ni hablar, se duerme más tranquilo trabajando para otros que para uno mismo, es cierto y eso es otra historia...



Y ya digo yo ahora...esto prometía ser largo, pero ya llega la hora de la receta. Me gusta la lubina porque es muy fina y elegante (no porque la pongan en sitios finos, sino porque su tacto y sabor es lo que me sugiere), y facilísima de hacer de cualquier manera. Pero como mi santo es un poco lagarto lagarto para casi todos los pescados excepto los que no saben a pescado....pues pienso en hacérselo un poco ameno, y no presentarle la lubina recién sacada de la sal, así en plan campamento, que queda como rústico (además tenía tripa y todo, que es lo suyo para hacerla a la sal:


¡Bingo! Tengo esos mejillones ultrafresquísimos, y gordos que te mueres que me ha regalado el mancebo de la pescadería, así que los limpiamos por fuera y los ponemos en una cacerola tapada (sin agua ni nada, solo lo mojado de la cáscara) a fuego medio unos minutos, hasta que el vapor los abre y les ves ligeramente cocidos, entonces sin quemarte, les ponemos limón a chorro por encima y los sacamos de su cáscara y reservamos....porque voy a limpiar en trocitos la lubina asada a la sal, y voy a hacer una ensalada tibia con estos mejillones.

El plato hasta aquí podía haber quedado fenomenal. Lo hubiera regado con un poquito de limón más y aceite de oliva, unos tomatitos cherry y tirando, pero claro, la que está a dieta soy yo, no mis amores. Así que preparé un revuelto de esos de plancha de verduras (variadito, buenísimos), y una salsita decente de esas que a mi santo le vuelve loco pringar. La salsa naranjita que veis llevaba lo siguiente:

-Un ajito muy picadito

-Unos piñones picaditos también

-Un brick de nata pequeño, para cocinar

-Un chorrín de whisky

-Tres cucharadas de tomate frito

-Sal al gusto

Rehogué los piñones con el ajito, y añadí el whisky (hizo fluussss, bien, que se vaya el alcohol, solo sabor) y la nata. Solo iba a usar la mitad, solo por mojar un poquito la lubina con la salsita, pero mi santo me pidió que fuera generosa, que no quería verlo mono, sino pringar bien. Venga, todo el brick (bueno, yo siempre puedo ponerme solo unas gotitas de salsa, ¿no?) Y cuando ha dado un hervor, añadir una cucharadita de tomate para teñirlo, y probar. Si queréis, poner más, pero ir probando, que no pase del límite y solo sepa a tomate tapando todo lo demás. Quedó exquisita.

¿Habéis hecho lubina a la sal? Fácil de la muerte para quien no. Buscar pescadería de confianza, y comprar las lubinas (una si son muy grandes, pero tiene que haber unos 300-350 gr. por persona en crudo) frescas, que no las abran ni quiten tripa, solo raspar escamas. Se lavan y se ponen en una fuente de horno sobre una cama de sal gorda bien generosa. Se tapan con más sal y se deja solo la cabeza y la cola fuera. Se ponen a horno fuerte y precalentado como 20 minutos, no mucho más, puesto que se nos secarían. De todas formas ir tocando, si la costra de sal está dura ya, y dorada no digamos, sacadlo, romped la costra (como en la foto de arriba) y sacar el pescado. Se abre por el centro, retirad la tripa y la piel y coged los trozos tratando de que estén limpios sin espina.
Inexplicablemente esta manera de hacer el pescado nunca lo deja ni soso ni salado...
Bueno, pues eso, luego lo decoramos artísticamente en el plato. El resultado penúltimo fue el de la primera foto: como si fuera de restaurante, y a 28 € el plato, con un poquitín de verdurita de acompañamiento y un chorrín así como casual de salsa, y no como si hubiéramos estado pensando un rato como quedará más bonito y cÁsual (jamía)
Pero mi santo tenía que tapar el sabor a lubina (y añadir más verdura, claro) y por el camino, disfrazó toda la lubina con la salsa también en mi plato en un descuido mío, y en un olvido suyo de que estoy controlando mi dieta ¡ainsssssssss! Así es que, así es como al final nos comimos esta deliciosa ensalada tibia de lubina y mejillones...encharcada:


Observesé la cantidad de salsa que chorrea mi creación. Eso significó media barra de pan pringando por lo menos. Por cierto, para los y las amantes de los mejillones, empieza su temporada...RecordaR que los mejores se compran en mes con R

Un abrazo perezoso de domingo (que no menos sentido) para todos.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Puaffff (o sea, gallitos al horno)


Hay tres pescados que no soporto: los gallitos (por sooosos), las truchas (por ese dulzoramargorsosorrr) y las sardinas (tengo demasiado olfato para soportarlo, lo siento). Con esta clasificación quiero decir que puedo comer un gallito si no hay más remedio. Comeré una trucha bajo coacción. Pero jamás jamás comeré otra sardina (pero en lata, sí)


Pues resulta que para descongelar ya el congelador de una vez por todas (yo es que veo otro tipo de pescado fresco, o carne buena...y no lo puedo evitar, compro, congelo, acumulo) y sólo quedaban 6 gallitos congelados de 2 en 2 para mi nena (sí, a ella sí se los doy). Pues ¡ea! Todos fuera del congelador y a usar.


Mi santo, comparte como yo estos tres odios ancestrales (no gallo-no trucha-no sardina) y no consigo engañarle para comerse dos gallos. Y yo que estoy en plena vorágine dietil, decido hacérmelos al horno, con un chorrete de limón y aceite para no pasarlos por harina y freirlo, que tendría más calorías.


¡Qué poca alegría tenían los jodíos! Les pongo un tomate, que se ase algo, un poquillo y me alegre un poco, aunque sea la vista. Menos mal que se lo puse...era lo único con sustancia.


Bueno...su mérito tuvo. Sólo comí pan en el desayuno, y 2 litros de agua, y toda la fruta que me apeteció durante el día. Para gastar los putos gallos, me los volví a asar por la noche. Arggggg ¡qué poca alegría! Podría comer siempre así, la verdad ¡¡pero que tristeza de vida!! prefiero el bacalao...


He perdido 1,200 Kg...(biennnnnnnnnnnnnnnnnnnn)...mañana o pasado cuelgo la lubina disfrazada, y mi reconciliación (por la espalda) con el pescadero ¡Ejem!

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Me muero por un helado (o como castigarse con la báscula)


He sido mala. Malísima.


Me estuve cuidando bastante, con la dieta equilibrada en meses anteriores al verano ¡y no por el bikini! que me da igual, sino por fortalecer la espalda (ya hablaremos otro día de los titulares de hoy, y el reposo o no reposo del lumbago), y no estar demasiado fondona para quedarnos embarazados (ea, ya lo he dicho claro clarito ¡espero que no se gafe!) Además que habiendo dejado de fumar, no era cuestión de dejarme llevar por la ansiedad...


Y también como no, para no controlarme tanto durante las vacaciones. Queríamos comer pescaito frito y similares sin angustia.


Bueno, pues lo temido llegó. Pese a haber hecho más ejercicio que el resto del año, es decir, nadar en la piscina todos los días, bajar con los achiperres a la playa, o a las calas por esas escaleras eternas, dar laaaaaargos paseos por el parque de atracciones, y el zoo, varios días y tardes, además de pasear por el pueblo (eso sí, con una parada en la heladería, cucurucho grande, dos sabores, bola gorda)


Yo que estaba en el límite de un peso normal (con un poco de barriguita) antes justo de una obesidad ligera...voy y la fastidio...la puñetera báscula (¡¡¡hay que matar al mensajero de malas noticias!!!) dice que he ganado 2 kilazos justos, ni un gramo más, ni uno menos. Y esto por la mañana y después de ir al baño ¡ejem!


Así que con gran esfuerzo trato de reconducir nuestros hábitos alimenticios previos a agosto...¡y como cuesta!! juro que durante agosto no le di un segundo pensamiento a comer medio kilo de helado, o unas pastitas de te. Me las comía y punto ¡y qué rápido se acostumbra una a lo bueno!


Así que recopilando recopilando, más o menos esto es lo que he venido a sobrepasarme en 1 mes. Los nombro como a participantes de unas vacaciones hermosas, cálidas, suaves y dulces...¡que nos quiten lo bailao! y con una promesa ¡Nos veremos...pero poco a poco, cuando vaya bajando y de uno en uno de finde en finde!! ¡Fue bonito mientras duró!


Gracias a:


-5 kilos de helado de Mercadona de Vainilla con nueces

-8-10 raciones de "Puntillitas" en Cádiz (chopitos)

-Más de atún encebollao con más pan..

-Más o menos las mismas de deliciosos calamares rebozados, claro

-Tortillitas de Camarones

-Ortiguitas de mar (Algas rebozadas)

-4-5 Paellas de 2 personas (enooooooormes) que nos comíamos mi enana y yo..o sea, que yo me comía lo de una persona y media...y bien generosas que eran las paellas

-Pasteles del pastelero de La línea que llevaba a media tarde a la playa ¡ainssssssss!

-1 caja de helados Drácula que la menda se ha comido sola en todo el mes.

-Más o menos 10-12 donuts, de los normales (que nunca compro)

-Varias barras de pan con el pisto de mi madre.

-Idem pringando salsa de Pollo en Pepitoria de mi madre también.

-Coca-colas varias (madre mía, yo que no compro nunca)

-3 barbacoas con su pancetita con pan incluida
Por cierto, para que no se diga que no pongo receta o truco...me he enterado que ese rebozado ligero tan maravilloso que hace tan ricas las puntillitas y los calamares, es de Harina de Garbanzos. Ya lo probaré y os cuento. Eso sí, si podéis confirmar si esto es así, ¡espero vuestras respuestas!

Seguro que algún pecadillo se me olvida...en fin
Guarreridas: me hicisteis feliz mientras duró...¡adiós, verano, adiós!