¡Cuántos días sin escribir! Como si fuera necesario dar tantas vueltas para hacerlo, como si fuera importante escribir mejor o peor, más o menos interesante.
Menos mal que hoy se me rompió el pastel, y el santo me ayudó a darme cuenta de que lo roto, lo imperfecto, también es escribible.
Encontré la receta ayer mismo, en este blog que se llama Porque me gusta lo fácil ¡y vaya si lo es!
El viernes pasado comenzó la semana del calabacín (yo lo nombré así) cuando lo encontré en mi frutería a 0,60 céntimos, así que encontrar por casualidad esta receta ha sido toda una suerte.
El santo refunfuña por la tarde al conocer la cena que se avecina: reconozco que no tengo mucha mano con los pasteles salados, encima es de verdura, y no se fía.
Por lo visto la receta original lleva la verdura cruda...pero yo he preferido, como la autora del blog...darle una vueltecita.
Le he hecho unos pequeños cambios que lo han hecho delicioso:
-Una cebolla hermosa, cortada y pochada
-3 calabacines pequeños, o dos medianos, cortados en dados y un poco pochados, no del todo.
-150 gr. de harina (yo a ojo, como un cucharón de servir lleno)
-60 ml de aceite (o un buen chorrete)
-4 huevos
-100 gr. de queso en polvo.
-100 gr. de queso en polvo.
-La receta original sólo lleva de carne 200 gr. de jamón de York. Yo no tenía tanto, sólo 3 lonchas abandonadas, 3 lonchas de bacon y un puñadito de carne picada. Podéis prescindir de todo ello, pero yo no prescindiría del bacon, es lo que más saborcito le ha dado.
-Sal, pimienta (y nuez moscada, pero yo no tenía)
-1 sobre de levadura (la roja, o la que sea)
Como dije antes se pocha la cebolla, y un poco el calabacín y el bacon. Aparte se baten los 4 huevos, se añade la harina, la levadura y el aceite y se bate bien.
Se añaden las verduras picaditas y un poco pochadas (terminarán en el horno) a la mezcla anterior, se pone en un molde engrasado de los que se pueden retirar luegos las paredes para desmoldarlo (esto es muy importante) y se hornea a 180 ºC durante 30-35 minutos.
Yo lo pongo en el centro con calor sólo abajo y en los últimos 5 minutos le pongo el calor arriba también para que se dore. Para saber si está hecho es como otros pasteles y/o bizcochos: se pincha con un cuchillo afilado y si sale limpio, ya está.
Quedó precioso, lo juro. Como utilicé un molde de los que dejan agujero en el centro, porque el que tengo desmontable (del chino) está descuadrado y se me salen las mezclas, pues cuando lo saqué quise desmoldarlo inmediatamente.
Muy lista yo lo puse del revés en un plato. Y pensando que tendría la misma flexibilidad que un bizcocho, le dí la vuelta con otro plato....lástima que el pastel decidiera abandonar el plan a la mitad del camino...
¡Desesperación! lo rescatamos encima del plato. Por supuesto es comible. Feo, pero comible.
-¡Yo que quería hacerle una foto y subirla al blog! lloriqueo
-Pues la pones como ejemplo de que a veces la cagamos-me anima el santo-
Así que aquí está. No vamos a olvidar que a veces las cosas no salen como queremos, como las imaginamos, o como nos gustarían. Que no somos perfectos, ni hacemos cosas perfectas, ni todo lo que nos pasa es bueno.
Pero todo es aprovechable. Y si no, preguntadle al santo y a la nena, lo bueno que quedó, aunque con la foto sea difícil apreciarlo:
Clasificación:
Dificultad: fácil
Tiempo: 50 minutos
Precio: 1,50-2,00 eur aprox.
Receta para bebés: sí (sin especias)