No, no tengo el alma perdida, aunque de lo que quiera hablar sea de un sentimiento que no la beneficia mucho: la envidia.
No soy una persona envidiosa, entre otras cosas porque soy más simple que el asa de un cubo. Pero ayer cuando venía conduciendo a casa, pensaba que sí hay tres cosas que claramente he envidiado y que a veces aún envidio:
La primera es ver a una mamá con su bebé, o su niña pequeña mientras yo estoy trabajando. Me gusta mi trabajo, pero más ellas, aunque me cansen. Cuando eran más pequeñitas el pinchazo era más fuerte (como si la Niña Chica no fuera aún chiquitita...)
La segunda, mucho más mundana, es cuando veo a alguien fumar su cigarro después de comer, o del café. Soy exfumadora y envidio profundamente a los fumadores que pueden fumar uno, dos o ningún cigarro al día sin inmutarse. Yo no, yo lo daba todo y fumaba demasiado. Ahora sólo envidio algún cigarrito, pero no mucho. La cuenta de beneficios por no hacerlo es mayor, no me cuesta.
La tercera es tener un chorro de voz como el de Eva Amaral. Me gusta cantar, pero lo hago fatal. Cuando escucho esta canción en el coche-que tiene que ser esta versión, en acústico- sólo con Eva cantando y Juan a la guitarra, sin arreglos, la subo y canto arropada por la voz de ella para no oir mis gorgoritos, pero disfrutando de las notas, de su entonación, de la melodía.
Es una canción perfecta, y envidio la voz de Eva.
Pero no se lo digáis a nadie.
Os pongo una receta rica rica, y que cunde más de lo necesario, de huevas aliñás. En el sur te las ponen en cualquier parte, y cuando las vi en la pescadería me dió mucha alegría. El pescadero dice que no es un producto que salga mucho aquí en la meseta, pese a la gran cantidad de vitaminas que dice tener, y que son muy buenas para los niños por eso mismo. A la Niña Grande le encantan, habrá que ir iniciando a la Niña Chica.
Cunden muchísimo y llenan un montón, hay que tener cuidado, a mí por lo menos me resultan un poco indigestas si abusas. El pescadero dice que las reboza enteras y las fríe, pero a mí eso me parece una barbaridad, porque como yo las hago son ligeras, y aún así...pero bueno, allá cada uno.
Yo pongo una cacerola a cocer agua con unos dientes de ajo, unas hojas de laurel y un puñado de sal gorda. Cuando hierve se ponen las huevas enteras a cocer por lo menos 10-15 minutos hasta que las notemos firmes y no estén blandas. Hay gente que las envuelve en papel de aluminio para cocer y que no se rompan, pero a mí no me gusta eso. Alguna se puede romper, pero no es lo habitual.
Sacar y esperar que enfríen un poco para no quemarnos y cortar en rodajas.
Aliñar en un bol o ensaladera con un pimiento rojo, un pimiento verde y una cebolla cortados en trozos, más grandes o más pequeños, según vuestro gusto, y una vinagreta con agua, aceite de oliva, vinagre y sal.
Poner por encima de las huevas, que queden mojadas y con el aliño por encima, y dejar reposar al menos 24 horas para que cojan el sabor. Servir con mahonesa y un poquito de perejil como aperitivo o complemento a una cena con ensalada.
Y vosotros...¿qué envidiáis?