lunes, 30 de marzo de 2009

Ensalada Campera (o el desastre hecho cena)

Me encantan las ensaladas...y mi mundo ensaladil se abrió con un libro monográfico ¡solo ellas! que encontré...¡tenía cada foto!

Y te das cuenta de que no solo el mundo está hecho de tomate, lechuga y cebolla, pero bueno, ya os iré contando mis ensaladas favoritas (por favoritas entiendasé todas las que he probado) porque algunas aún están por probar.




Hoy os voy a contar como hago una de las más repetidas, por completa que es (hortaliza, hidratos de carbono, proteinas y vitamitas, ahí es ná) y que puedo poner como plato único para la cena. Al llevar de todo, pues hasta la nena puede cenar sólo eso. Y por la nena también, el subtítulo de este post (el desastre hecho ensalada) Os cuento el por qué.


Mi ensalada campera se come templada, y junto con el aceite de oliva virgen, la sal, pimienta y vinagre (cada uno lo que quiera)...le dan un sabor único. Esto es lo que pongo:

-Patata-una mediana por persona


-Zanahoria-una grande o dos medianas por persona

-Un huevo cocido o dos por persona, al gusto

-Guisantes


-Tomate en trocitos (uno mediano por persona)


-Una lata de atún, o mejor caballa por persona



Yo las hago individuales, porque aqui cada uno es de su padre y de su madre. Uno casi sin tomate, otra con los trozos de patata y zanahoria sin aplastar, y yo, que me encanta un poco aplastadita y mezclada la patata con la zanahoria la sal y la pimienta...en fin, que cada plato lleva más o menos los ingredientes que puse arriba (se puede añadir aceitunas negras cortadas, maiz, etc)


Es una excelente manera de comer de todo, equilibrado y rico. Además, que así a lo tonto, los niños se zampan una lata entera de caballa con todas sus vitaminas, hierro y omegas-treses.

Además, puede ser light, más energética o más equilibrada. ¿Para niños o si estás haciendo ejercicio? pues más patatita, zanahoria y guisante ¿Que estás a plan como dice una amiga, y no quieres pasarte? Pues menos patata y más tomate, caballa y huevo. Light total.


La primera vez que recuerdo se lo puse a mi niña, tendría unos 3 años, y como siempre me rondaba en la cocina a ver que podía hacer, y me preguntó que ibamos a cenar. Le dije que ensalada campera y le enseñé una que ya tenía terminada (ver foto, real pero de hoy). Le pareció preciosa (literal), y yo tan contenta ¡Uy, qué bien, que aceptación!


Bien dicen eso de que la comida entra por la vista. Antes de ponérselo en la mesa, aplasté la patata y la zanahoria de su plato (error, tal como me gusta a mí), y se lo aliñé sólo con aceite de oliva, y lo revolví....¡qué hice!


Se lo puse por delante y la pobre abrió los ojos y exclamó (con 3 años, y de ésta forma)


-¡¡¡¡Pero que es éste desastre!!!!!

Su gozo en un pozo, ella que pensaba picotear guisantitos por aquí, patatita por allá, zanahorita para la boquita, caballa apartaté que me apestas....tuvo que comer casi a la fuerza y mosqueada "bocados perfectos", o sea, los que en mi particular diccionario culinario, llevan de todo.

Hoy no se lo revuelvo, para que no se desilusione...pero tiraré más de la mitad de su plato...ya lo veréis.



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Son las 22.30, por fin la fierecilla está acostada (que no dormida) y al final la hija peluda (la perra) ha comido tanta ensalada como para hacer otra ración ¡snif!

Al menos su padre, tras quejarse ¡porque era mucho! se lo ha comido todo.

Sigo vestida de calle, con los mismos leotardos, zapatos y un vestido que me tira en la axila ¡estoy cansada!

Es dura la vida de superwoman, y más cuando además el michelín ronda culpable tras ponerme ración extra de patata en la ensalada y rematar con torrija ¡ainssssssss!




viernes, 27 de marzo de 2009

La cocina de los Otros (o como comer fuera I Parte)



Mi santo no es de entretenerse en internete, eso sí, en cuanto le digo que he escrito algo nuevo en éste mi (vuestro) blog, se lo mira enseguida, y me propone nuevos temas: ¿y cuando vas a contar ésto, y cuando vas a contar aquello? Dice que se me da bien y que le gusta mucho. A la vejez viruelas, y mira tú por donde siempre nos quedan cosas con qué sorprendernos (bueno, vejez ninguna, pero parece que 17 años juntos, más de la mitad de nuestra vida, dan solera)
El caso es que, en su honor, voy a inaugurar una serie de nuestras cuitas en cocinas y comedores ajenos, que la verdad, el otro día recordándolo, nos hacía doblarnos de la risa. Por cierto, necesitaría si alguien avispadillo/lla me pudiera explicar como se hace eso de poner una palabra aquí, subrayada tan chula, que fuera enlace de otro post, blog o sitio. Burra que es una, eso sí, sinvergüenza para preguntaros y pediros ayuda.
Pues eso, que quería inaugurar mi anecdotario de comer "fuera" con un viaje a Salamanca de finde que nos hicimos años ha, puffff, novios y renovios éramos. El caso es que muy chulos nosotros nos cogimos uno de esos talones de Week-end Plan, sí, esos que desde 3000 pesetas de las de entonces, te daban una noche de hotel ¡y los había buenísimos! Claro, cuando un hotel de 4 ó 5 estrellas funcionaba con un talón tan barato, o es que era guarro, o se comía mal, o estaba en el culo de la ciudad en cuestión.
Caso 3. Nos reservamos en un Meliá por, ya digo, un talón bastante económico. En las afueras de Salamanca. Bueno, no pasa nada, llevamos el coche, venga. El hotel era comodísimo y de lujísimo. Y la primera noche, como estábamos ya cansaillos, pues vimos en el ascensor que la cena con menú de degustación era bastante asequible para que una parejita de trabajadores temporales por ETT y estudiantes además, se diera el "lujillo" de cenar más o menos de postín a un módico precio.
Allá que vamos, ea. No estamos hechos nosotros para tanto lujerío...Recuerdo que lo que comimos fue de lo más delicioso que hemos probado nunca. Yo no conocía la lechuga de hoja de roble, con ahumados, una auténtica delicia...no sé que más cenamos, bueno, bueno, eso sí, aunque nos distrajera bastante la camarera, a metro y medio de nosotros (no había nadie más), pendiente de rellenarnos la copa ¡ni que fueramos mancos!
Parecíamos dos niños vaciando el plato, no nos fueran a regañar. Y nada de hablarnos, y menos de las cosas que nos ibamos a hacer el uno al otro arriba aprovechando la juventud, la soledad, la pasión, las hormonas y la cama de dospordos ¡Pegaíta pegaíta la teníamos!
Seguro que la gente fisna puede ignorar estas cosas...a nosotros nos resultaba imposible dirigirnos la palabra, y casi ni pedirla, ¡mire, deje usté aquí la botella, que ya nos llenamos nosotros cuando sea!
Me recuerdo como Paco Martínez Soria de smoking y la boina en el bolsillo, aparentando un control que no tenía sobre como comportarse con una camarera-maitre taaaaaaaan solícita ¿querría propina?
En fin. Que por lo que se ve, no soy mujer de término medio. A los dos días, antes de irnos y paseando por Salamanca, empezamos a buscar ya un sitio donde comer. Que no fuera muy caro, claro, porque ya nos habíamos dado los correspondientes homenajes, y gastado dinerillo en llevar detalles a casa, no se fueran a pensar que habíamos estado los dos días en la habitación metidos haciendo guarreridas españolas...
Damos vueltas y más vueltas, y veo un sitio, así, como humilde con un pizarrín que pone Menú del día 250 pesetas (en la época en la que un menú corriente costaba 750 pst. y el de lujo 1200, ojo, al cambio 7 euros ¿os dais cuenta)
Ah, pues estupendo ¿no? le digo a mi marido por entonces novio. Y él recela...Demasiado barato ¿no?, ¡Anda!, le digo yo, pues si no nos gusta el menú (no lo tenían escrito en la puerta), pues nos pedimos la carta, que con este precio, lo de la carta no debe ser mucho más caro....
¡Alma de cántaro!
Entramos, y el mobiliario, te mueres...¿recordáis las mesas aquellas de nuestras madres, las de la cocina, esas de libro, con las sillas a juego que eran de tablón con chapilla forrada en marrón...u otros colores? Si las tuvieron vuestras madres (o vosotros si sois de los '50 en adelante), sabéis perfectamente a las que me refiero....creo que salen en el Cuentamé.
Bueno, es igual, porque allí, si había 10 mesas, cada una era diferente, con sus correspondientes sillas diferentes a des-juego, claro, cada una de su padre y de su madre.
Rápido nos hace la ficha ¡de arriba a abajo! un chico muy avispaillo, que no dejaba de moverse, y nos sienta ¡aquí chicos!....ni pensarnoslo nos deja.
Mi chico y yo nos miramos, y rápido viene el nen con la libreta y nos suelta:
-TEEEEEENEMOS de primero sopa o judias verdes y de segundo almóndigas o SALCHIIIIIIIICHAS con hueeeeeevo.
-Estupor máximo-momento redondo-momento kitkat. Mi cerebro procesa rápidamente....ehhhhhhhh a ver....aquí huele a sopa de avecrem que apesta, nada, nada, las judias con la pinta del sitio tienen que tener hebras hasta debajo del plato. Las almóndigas ni de blas, vamos, mi madre, siempre de hostelería me tiene dicho que las almóndigas ni olerlas que son perfectas para reciclar.
Mi santo interrumpe mis pensamientos (éstos duraron una milésima de segundo) para preguntar, con los ojos llenos de chirivitas (adora las salchichas) ¿las salchichas son de casquería?
El nen le mira de medio lao y le contesta-no, de paquete de plástico-
Vale, no me deja opción de segundo plato ¿como voy a comer salchichas de oscar mayer en un restaurante? así que....cierro mi sorprendida boca y le digo muy digna (creo que ni siquiera había soltado el bolso, lo tenía en el regazo, o sea, que imaginad, tal y como me veo yo ahora desde la distancia, tiesa como un palo, sin soltar el bolso no se lo fuera a comer la sopa de avecrem asesina, como si fuera una marquesa con la nariz arriba, como si todo oliera a mierda) pues eso, que le digo muy digna:
-Nos trae la carta por favor.
Creo que me dijo algo. Yo miraba a mi chico, que enrojece hasta los pelos, y vuelvo a mirar al nen, que definitivamente, me está perdonando la vida. Y repito:
-Nos trae la carta por favor.
Y él volvió a repetir, lo que yo no había oido una primera vez:
-No, no tenemos carta. Solo lo que os he dicho.
-Bueno, pues yo sopa y salchichas con huevos
-¿Un huevo o dos huevos?
Toma ya, económicos hasta el final....pues venga, uno, no vayamos a descompensar el presupuesto...
No os cuento el bochorno y la sopa, porque fue tan espeso uno como clara la otra....¿creeis que una sopa de sobre no puede estar mala? pues probad a echar un sobre en una cacerola con 5 litros de agua. Cuando hayan cocido los fideos, le echáis otro puñado. Y cuando los segundos estén cocidos, le volvéis a echar otro puñadito. Y si ha reducido mucho de agua, no pasa nada, le ponéis otros dos litros y listo.
Al igual que la tarta de manzana, para la historia y los restos le quedó a mi marido la muletilla, imitándome tiesa como un palo con mi bolso en el regazo y las dos manos sobre él ¿Me trae la carta por favor?
Como habréis imaginado, era un comedor que se dedicaba a llenar la tripa a la multitud de estudiantes que viven, pueblan y dan vida a Salamanca. Porque eso no es dar de comer, es llenar la tripa.
Así que ya véis, mis extremos, de hija con entrecejo de Paco Martínez Soria en el Meliá un viernes por la noche, a maxi-pija ridícula clon postural de Tamara Falcó en el comedor universitario....¡ainsssssss!

miércoles, 18 de marzo de 2009

Tiempo de crisis, Tiempo de Sopas de Ajo

El plato favorito de mi padre. Y uno de los míos también. ¡Tan socorrido y tan poco recordado! Sólo muy de vez en cuando me acuerdo de hacerlo, y en casa es una fiesta.
Plato de frase hecha ¡Y si nos va mal, a sopas de ajo! Plato ingenioso y delicioso donde los haya, puede que sea el más barato del mundo. No conozco su origen, pero sí su gran consumición en tiempos de escasez, guerra y hambruna durante largo tiempo en España.
Y barato ¡baratísimo!, en su forma original, solo cuatro ingredientes: Ajo, Agua, Pimentón y Pan Duro.
Para vestirlo de lujo solo hace falta añadirle caprichos: chorizo, jamón, bacon o panceta, o bacalao. Mi abuelo, de campo desayunó durante toda su vida sopas de ajo antes de irse con la mula a la viña. Al principio, básicas, luego, con bacalao.
El colmo del lujo es añadirle huevo ¿habrá algo más rico que unas sopas de ajo con chicha y huevo escalfado?
Hablo con otras personas, y las recetas se confunden...algunos las llaman sopas castellanas, otros les ponen el pan al principio, otros al final...yo os pongo mi receta, la que podéis ver en la foto, mía mía, así me quedaron las últimas sopas de ajo, servidas en barros individuales.
Se coge una cabeza de ajos y se separan los dientes, por si hay alguno malo. Sin pelar se rehogan en un chorro de aceite de oliva en una cacerola grande. Se añade la chicha (chorizo, o jamón, o panceta...o todo) si son de bacalao, solo bacalao. Se rehoga.
Se prepara al lado de la cacerola una jarra de agua. Se pone una cucharada de pimentón dulce (para valientes picante) y se le da rapido una vuelta, muy muy rápida ¡no os entretengais con el delicioso olor que sube! El pimentón se quema muy muy rápido y sabe fatal, os estropearía el plato entero. Por eso tenéis que echar enseguida la jarra de agua (por lo menos dos litros) y dejar cocer. Salar al gusto, pero si tiene jamón, mejor probarlas casi al final y corregir de sal.
Han de cocer como unos 15-20 minutos. Casi al final, añadir uno o dos huevos al caldo por persona, para que se escalfen.
Mientras tendremos cortado en escamas el pan duro en cada plato (o barreña de barro), que empaparemos al servir cada plato con la sopa.
Yo suelo preparar el pan en las barreñas de barro, pongo el huevo encima del pan, caliento el horno y sirvo en cada barreña caldo y chicha que cubra ese pan, y al horno a que se haga el huevo. Quien lo quiera muy hecho, mas tiempo, y si no te importa medio crudo, pues menos tiempo.
¡Deliciosas!
Hay gente que le añade el pan al caldo de la cacerola para que cuezan un rato. A mi me gusta de la otra manera, y que el pan me quede "al dente". Y no os cuento lo bueno que es cuando rompes la yema del huevo y se esparce encima del pan....
Consejos:
Las sopas de ajo se han de comer muy muy calientes para apreciar bien todo su sabor sin amargor.
Nunca bebas agua mientras las comes, te sabrá fatal. Se bebe vino, o cerveza, ¡o nada!

miércoles, 11 de marzo de 2009

In Memoriam


Por todas aquellas personas a las que, en cuerpo, o alma, o en cuerpo y alma, se les dió la vuelta la vida hace 5 años.

martes, 10 de marzo de 2009

Pavo al whisky

Me acabo de enterar de esta receta, que me parece ideal, sobre todo para pasar la navidad (ya sé que estamos en marzo, pero nunca se está lo suficientemente prevenida) Leerla hasta el final, porque no tiene desperdicio:

INGREDIENTES:

1 PAVO DE TRES KILOS,1 BOTELLA DE WHISKY,150 GRS. DE PANCETA.ACEITE DE OLIVA. PIMIENTA Y SAL

PREPARACIÓN:

Paso 1º.- Rellenar el pavo con la panceta, atarlo, salpimentar y echarle un chorrito de aceite de oliva.

Paso 2º.- Precalentar el horno a 180 grados durante 10 minutos.

Paso 3º.- Servirse un vaso de whisky para hacer tiempo.

Paso 4º.- Meter el pavo en el horno.

Paso 5º.- Servirse otro vaso de whisky, bebérselo y mirar el horno con los ojos ligeramente extraviados.

Paso 6º.- Boner el terbostato a 150 gramos, grabdos y esberar veinte binutos.

Paso 7º.- Servirse odro vaso...odros vasos....

Vaso 8º.- Al cabo de un drato, hornir el abro bara condrolar y echar un chodretón de pavo al güisqui y odro de güisqui a uno bisbo.

Baso 9º.- Darle la vuelta al babo y quebrarse la bano al cerrar alorno, bierda.....

Passsssoo 10º.- Intentarr sentarrrrsse en una silla y serbirrrsse unossss > chupitosssssssss bientras pasan los binutos.

Parsso 11º.- Retirar el babo del horrrrno y luego, regogerrrrlo del suelo con un brapo, empujándolo a un plato, bandeja o ssimilarrr.

Faso 12º.- Romperse lacrissma al resfalar en la grasssa.

Paaasso 13º.- Indendar lebandarse sin soltarr la vodella y dras barios indendos, decidir que en el suelo sestá de gojones.

Aso 14º.- Apburar la potella y adrastarse asta la gama. Dormir se.

Paso 15º.- A la mañana siguiente, tomar abundante café para el inexplicable dolor de cabeza, comerse el pavo frio con un cazo de mahonesa y el resto del día dedicarlo a limpiar el estropicio organizado en la cocina.

lunes, 2 de marzo de 2009

Tarta de Manzana o Cómo fabricar un Pie de Sombrilla casero

Seguro que con vuestro grupo de amigos y amigas tenéis códigos que sólo vosotros conocéis. Y cachondeos que sólo vosotros entendéis...hechos, frases, cagadas que pasarán a la historia común y que nunca, nunca os dejarán olvidar. Esos que valen también para cuando uno o una se pone bobo/boba, sirven para bajarle de nuevo a la tierra. ¡Libraté de cagarla con una frase, plato, chiste con los amigos, te lo recordarán de por vida! (es hermoso por otra parte ¿verdad?)
Hace tiempo mencioné algo así, tenía pendiente contar mi gran cagada culinaria (tengo muchas, pero ésta es la que utilizan como si fuera mi tercer apellido), la que está en los anales de la historia amiguil. Mi famosa tarta-cemento-de-manzana. La que serviría como pie para mantener una sombrilla de playa recta.
Antecedentes. No suelo cocinar repostería, será que no soy excesivamente golosa y en casa tampoco mucho. Lo más que hago son postres tipo arroz con leche, natillas, flan...esas cosas. Mi única debilidad es la Tarta de Manzana.
Estaba yo embarazada hasta la boca, y una compañera llevó al trabajo una susodicha, que me supo riquísima (lo que no me supiera a mi bueno en el embarazo....terminaba de comer, y ya estaba pensando en la siguiente hora de volver a hacerlo). No era una tarta de manzana al uso, o sea, que no era hojaldre, crema y la manzana por encima, sino un pastel compacto de masa con la manzana entre esa masa.
Le pedí la receta inmediantamente, claro....¡ay! "Es facilísima" textualmente me dijo....echas más o menos harina, más o menos leche, más o menos mantequilla, más o menos azucar y la manzana, lo mezclas todo, al molde y al horno
-¿Cuanto tiempo?
-A ojo
-Ya, ¿y exactamente cuanta harina? ¿me tiene que quedar líquido, espeso, cómo?
-A ojo, si es facilísima, tú, a ojo.
¡OJO! Nunca hagáis una receta con estas instrucciones. Lo pagaréis muuuuuuuuy caro.
El sábado siguiente yo seguía embarazada, claro, una semana más, por supuesto. Y vienen nuestros 6 mejores amigos a cenar. Nos encanta hacerles cenitas ricas (como a todo el mundo, supongo), siempre se van supercontentos, les gusta como cocinamos. Y qué mejor ocasión que hacerles, por vez primera (ya digo, nunca hago postres), la tarta Ojo de Manzana aprendida esa semana.
Que conste que andaba más perdida que Marco buscando a su madre en los Urales, así que, como veía que el asunto no iba a ir tan bien con el famoso OJO, volví a dar la rarra a mi compi por teléfono tratando de que ajustara más las cantidades y el tiempo. Recibo las mismas instrucciones. Corto y cierro.
Llega la noche, la cena estupenda, y ¡hoy sorpresa! tengo Tarta de Manzana casera.
Ya me había dado mala espina que un molde (más o menos del tamaño de la tarta de la foto) pudiera albergar en tan poco espacio ese peso desproporcionado que noté al cogerla. Cosas del embarazo, pensé. Me pesa todo.
Servimos la tarta. Color interior sospechoso, consistencia rara-rara. Silencio sepulcral. Todos están probando el primer bocado. El amigo del alma de mi santo, y marido de mi amiga del alma, el que más confianza tiene (donde hay confianza da asco) tiene el tenedor clavado en el medio de la tarta y lo balancea de un lado al otro haciendo "doing-doing"
Pruebo un trozo. Es repugnante, esto está intragable. Por supuesto no tiene sabor de manzana horneada sino semicruda. El sabor a harinaza es insoportable y la consistencia gelatino-siliconosa que quedó es como la de los callos esos que venden envasados en plástico con la salsa marrón, como si cortaras ese trozo en frío.
El silencio sigue. Nuestro amigo a decidido levantar su trozo entero pinchada con el tenedor ¡y no se suelta!. No soporto la buena educación de los demás y les suplico:
-Por favor, no comáis más, me ha quedado horrible. ¡Horror! Aquello fue el despiporre:
-¡Joder, menos mal que lo dices tú, no hay quien le meta mano!-dice uno
-No te quería decir nada...con lo que te habrás esforzado ¿puedo escupir?-dice otra
-Mira, no hagas más tartas-dice el otro
-¿Me lo puedo llevar a la obra, para enseñarles como hay que hacer un hormigón armado en condiciones?-dice el del tenedor
Y mi santo, el pobre, temiendo mi subida y bajada de hormonas, que no quiere que me disguste, me defiende:
-Jo, que la ha hecho con mucho amor....(te quiero mi vida, siempre te querré-pienso yo-)
Descojone total, lo terminó de rematar el pobre defendiendo lo indefendible, el tema de la noche fue mi tarta de manzana. Toda conversación acababa con la dichosa tartita a Ojo. De nada me sirvió echarle la culpa a mi compañera, la de la receta.
Desde entonces, siguen comiendo muy bien en nuestra casa. Comentarios tipo desde hace 6 años:
-Mañana cenita en casa ¿vale?
-Vale, pero sin tarta.
-Uy, como pesa esto
-Como la tarta de manzana de Tita
-Chicas, me han enseñado una receta nueva
-¿Como la de la tarta de manzana?
-Esto hay que arreglarlo con masilla...
-Titaaaa, ¿me haces una tarta de manzana?
-Chicos, pasado mañana el cumple de la nena
-Vale, pero juramé que la tarta es comprada
Cualquier miembro nuevo que se incorpore al grupo será informado debidamente de que nunca, bajo ningún concepto, aceptará comer una tarta de manzana en nuestra casa, y le contarán toda la historia.
No os dé pena de mí, todos en el grupo tenemos nuestro propio historial, que utilizamos debidamente jajajaja.
Y para terminar, os pongo una receta bien documentada y probada de tarta de manzana tipo American Pie (la que va rellena de compota de manzana) que mi santo, siempre dispuesto a confiar en mí, probó y me pide que se la repita. Esta es la buena, pero nuestros amigos se niegan a probarla, dicen ellos que si mi marido me ha dado otra oportunidad es porque el amor es ciego...
Pie (se pronuncia pai) de manzana:
Se compra masa de hojaldre hecha, se extiende y se engrasa un molde mediano con mantequilla. En cazo aparte se ponen a cocer 6 ó 7 manzanas reineta peladas, y troceadas con poco agua y azucar al gusto y canela. Cuando está blandito y riquísimo, se pone en el hojaldre y se cubre con el resto de masa que sobresale. Se pinta con huevo batido y se pone en el horno precalentado a 180 grados hasta que la masa está dorada y hecha por arriba y por abajo (poco tiempo).
Templada está buenísima, y también se pueden hacer individuales, como si fueran empanadillitas (rellenar cada masa de empanadilla, cerrar, pintar con huevo y al horno a dorar, buenísimas.
Ésta, os lo prometo, está buenísima.

domingo, 1 de marzo de 2009

Cuando yo fui remolacha...



Creo que todos tenemos un plato que no comeríamos ni muertos de hambre, ni después de pasar ayuno de 24 horas como el que comentaba el otro día en "Puré de hambre"
Públicamente lo confieso: No soporto la remolacha. Lo máximo que admito es cuando te ponen un poquito rallada en la ensalada en algún bar....puedo cerrar los ojos y no verla sangrar.
Ni siquiera puedo deciros por qué no me gusta, no sé exactamente a qué sabe, ni qué textura tiene...casi nada. Sólo sé que me desagrada profundamente la cantidad de tinte que tiene y deja en el plato, y que siempre que he intentado probarla una profunda y cavernícola arcada de rechazo se me viene...
Os cuento dos experiencias, en plan diván, a ver qué interpretáis vosotros. Recuerdo con unos 4 años a mi madre comiéndo un plato enorme, tal como el que veis en la foto. Tragona que era yo le digo que me dé a probar. Ella me da una cucharada y juro por lo que queráis que vomité tal cantidad de remolacha que parecía que en vez de una cucharada me había comido una cacerola.
Otra experiencia anterior que me cuenta mi madre es que siendo muy bebé, se sentó igual, a comer su plato de remolacha. Dice que yo era muy pequeña, pero que fue mirar el plato y ponerme a llorar como si hubiera visto al mismo demonio. Cuenta que solo me calmé cuando lo quitó de mi vista.
Alguien me sugirió que pudiera ser que me impresionara ver la boca de mi madre como si estuviese "teñida de sangre"...no sé...un bebé no entiende de eso ¿verdad? uno no sabe que ver sangre puede significar peligro hasta que no se lo enseñan, pero todo podría ser. Y repito que me desagrada muchísimo ver como una simple hebra de remolacha en una ensalada puede dejar tal reguero morado...
Conclusión, porque no encuentro otra, y además estoy loca ¡qué mas da! pues que he tenido que ser remolacha en otra vida, no hay otra explicación, mi karma me impide comerme a un congénere, no puedo verla sangrar, es superior a mis fuerzas.
Que paseis un buen domingo (si eso es posible)