viernes, 27 de noviembre de 2009

Demostración Empírrica de las bondades de los churros y las porras


El otro día una compañera fue a hacerse análisis, y como represalia por el pinchazo (digo yo, que o también lo hago así), decidió poner fin al ayuno obligatorio que los análisis imponen, pues compartiendo con todas nosotras, para nuestra alegría, bolsón de churros, bolsón de porras.
Siempre encontramos alguna cosa que celebrar y aprovechar para zampar así, algún desayuno "light", cualquier ocasión es buena, aunque últimamente habíamos perdido un poco las buenas costumbres.
El caso es que las porras y los churros estaban ¡cómo estaban! no exageramos nada al decir que en ninguno de nuestros pueblos respectivos, comemos porrerío tan bueno como el que, para nuestra desgracia, tenemos bastante cerca de nuestro trabajo.
En esas estábamos, disfrutando. Una de las compañeras no comía, amparándose en el osado comentario de que "eran insanas"
¡Uy! pues la tuve que corregir. Uno: porque mi otra compi tenía la boca llena,
y dos: mi razonamiento ya estaba ahí, y era impepinable:
Las porras y los churros son verdura. Sí señor, porque vamos a ver, ¿de qué están hechas las porras y los churros? de harina, agua y sal. ¿Y la harina de qué está hecha? pues de trigo, o de maiz, y de muchas más cosas VEGETALES. El trigo crece de la tierra ¿no? verdura es. Seca, molida, aplastada...pero verdura.
-Sí, frito en grasaza-dijo mi compi
Pues sí, o pues no. ¿Dónde se fríe? en aceite de oliva, o de girasol ¿y eso que es lo que es? Verdura otra vez. Zumo de verdura para freir.
Creo que ya entiendo porqué en Andalucía les llaman "Tallos" a los churros. Ellos ya debieron descubrir mucho tiempo antes, que las porras y los churros deberían ser parte fundamental de cualquier dieta, especialmente la vegetariana.
Mojarlos en chocolate ya es el complemento perfecto de una perfecta equilibrada comida compuesta toda por VERDURA, eso sí, tiene que ser chocolate de cacao puro, y sin leche, o sea, grano de cacao (grano, de planta, de verdura de nuevo)
Y encima, en el orgasmatrón del 1 al 10 ¡12 por lo menos!
Esto no es una hipótesis. Es una verdad verdadera y absoluta, sin puntos débiles. Si os atrevéis a rebatirla, ¡¡no oséis jamás de los jamases volver a saborear un churro!!
Y es que, la que no se consuela...es porque no quiere ¡Abrazos!

lunes, 9 de noviembre de 2009

Tortilla a la francesa (o el amor de las personas humanas

Independientemente de que mi santo cocine, la que manda en la dieta, soy yo. Soy la directora general de régimen alimenticio en casa, la que decide, contra viento y marea (aunque a veces salga mojada y con las greñas colgando y enmarcando mi contraido rostro) cuántas veces y en qué orden tomaremos pescuda y verdaro a lo largo de la semana.

Y lo decido yo, porque más o menos pienso las cenas fijándome en el menú del comedor de la nena, para que sea variada. De la misma forma a veces comemos lo mismo que va a comer ella, y así los tres equilibrados perdidos.

¿Soy una mandona? Sí, ¿y? Soy carnívora, y mi santo más, pero él, angelico mío, no comería pescado nunca si por él fuera. Bueno, seguro que salmón ahumado sí...pero eso no cuenta. Si comes solo ese pescado, no hay variedad, que es de lo que se trata. Así que tengo doble trabajo, doblegar mi voluntad para no cenar carne cada día, y doblegar la suya además, y que de paso no
me contamine a la nena con sus comentarios, que si ella no oye nada pues se come lo que sea mientras no lleve "negro" o sea, berenjena, o "cepolla" (sic)


Pero esto no es el imperio del terror siempre. Los fines de semana son más laxos, y siempre hay alguna pizza o hamburguesa casera, y los domingos tenemos cena libre, así que cada uno cena lo que quiere. Bueno, reconozco que la cena de la nena está ligeramente dirigida...ya hace tiempo que ella, todos los domingos, cena un sandwich blanquito y blandito con una tortilla a la francesa con queso dentro. Y eso es bueno.


Para mí también suele ser el día en que aprovecho y me hago como ella, pero en bocata. Un hermoso bocadillo de tortilla francesa, con su poquito de sal, y queso por dentro. Luego en el pan le pongo premio además: o jamón serrano, o mortadela, o salchichón...algo. Y si hay coca-cola, peco, que por una vez a la semana, no pasa nada....


Puede que haga en estos días (puede que hoy mismo) 9 años que una mujer, mi madre, con tal de pasar hasta el último minuto con su marido, mi padre, se llevaba también un bocadillo de tortilla con lonchas de jamón a la habitación de hospital donde él estaba ingresado. Con ojos golosones él siempre la miraba comer. Sólo miraba, las circunstancias de su enfermedad hacían imposible comer algo que no fuera dieta blanda: caldo-puré-compota o también compota-puré-caldo. No es que los médicos le impidieran comer otra cosa: es que él no podía aunque se lo ampliaran (que lo ampliaron cuando él lo pidió, aunque tuvo que volver a su caldo-compota-puré)


Digo que debió ser ahora mismo, puede que esta misma noche hace 9 años, unos días antes del final de sus manos entre nuestras manos. Mi madre cenaba a su lado en la habitación su bocata de tortilla francesa con jamón. Como todo el mundo sabe, en los hospitales se come poco menos que a las horas de una guardería, así que la cena raramente era más tarde de las 19,30 de la tarde. Mi padre de nuevo mira ese bocata de tortilla a las 10 u 11 de la noche y dice que se muere por comerse una tortilla francesa calentita de mi madre en casa. Y me pide si puedo ir a la cafetería a pedirle una tortillita, que va a intentar comerse. No me atrevo, dada la rigidez en las normas de no introducir comida de fuera para los enfermos, y en éstas nos encuentra la enfermera, que dice que no hace falta que metamos nada de estrangis. En 10 minutos, cual hotel de 5 estrellas y servicio de habitaciones, con todo el amor a las 11 de la noche le suben de las cocinas que deberían estar cerradas ya, una hermosa tortillita a la francesa, amarillita. Las habitaciones de este hotel son viejas, feas y compartidas además, pero el servicio es impecable. No sólo sus trajes son impolutos, también sus corazones son hermosos y piadosos.


Los deseos de mi padre son órdenes y recibe su tortilla, pedida por un ángel y elaborada por otro sin demora; con chispas en los ojos. Deseo cumplido. No quiero, ni tampoco hace falta imaginar como se solicitó esa tortilla. Algo tan inaccesible para el resto de los mortales, tan interiorizadas teníamos ya las normas del hospital, que una, dos o varias personas con el poder en sus manos hacen realidad.


No todo el mundo anda siempre tan humano en esos lares, más bien equivocado que malo, diría yo. No es fácil hacerse cargo del dolor ajeno. Pero hoy sí va por esas personas, mayoría, sí, mayoría; que se esfuerzan tanto en su formación por el motivo simple de ayudar a los demás, esos que tienen que hacer esfuerzos en la siguiente habitación, porque no se les note en la cara los dramas humanos que vieron en la anterior.


El dolor de esos días y siguientes me impidieron ir a buscar a todas las personas que cumplieron ese deseo, pero no lo olvidé nunca. Esas cosas son las que me hacen mantener que Tol mundo é güeno, y que el amor no cesa nunca y es una red que nos cubre a todos, pasando de persona a persona. Pero desde aquí quiero agradecerlo, y también a esa otra persona humana que decidió, en el departamento de becas de la universidad, que me la iban a volver a conceder pese a que por estas circunstancias personales, me habían quedado más asignaturas de las que se permiten para poder acceder a una beca.


A esos desconocidos, médicas y médicos, auxiliares, enfermeros, enfermeras y personal de las cocinas de los hospitales, también al personal de la sección de becas, gracias. Gracias por el amor de esas personas humanas que con pequeños movimientos hacen la vida fácil a otras.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Tortitas de sabores (o cómo introducir nuevas costumbres para Los Santos)




Esta foto tan rica no es mía...pero las que yo he hecho sí han salido así de bonitas. Esta foto la he robao, así sin permiso ni nada de este blog, que además es de recetas sin gluten, por si hay algún celíaco/a.

Pero la receta, no, la receta la he cogido de este pedazo de cacho de trozo de blog, En Serio y En Broma que además de alimentar el cuerpo, alimenta el alma, y el buen humor, y por el que os recomiendo que paséis. Ahora, si de verdad queréis comer bien y en condiciones, mejor en el de su "contraria" Adi ¡¡¡Es broma, Pedro!!! La verdad es que recetas de él ya he replicado dos, y de Adi...solo la limpieza de la bayeta....¡¡Aún no he ido al CRADOMANE a por la sal para marinar pescado!!

Hoy en casa hemos inaugurado una nueva costumbre revolucionaria para celebrar el día de Todos los Santos. Mi nena pidió tortitas (un poco sargento: "Cuando me levante de la siesta, me tienes tortitas preparadas, vale maaaama") Toma ya. Esto hay que detenerlo cuanto antes. Pero mientras me he ido calmando haciendo las tortitas con la receta de Pedro.


En mi pueblo íbamos, bueno, al ser pequeñas acompañábamos a hacer el arreglo de las tumbas, limpiando y poniendo flores (¡ay ese Almodóvar, que ya lo inmortalizó para siempre en Volver!), y yendo a misa en el cementerio el mismo día 1 (y también tener que escuchar a las cotillas ¡uy mira que no venir los de éste, o los de aquel...si es que pillar pillaron y nunca más se supo, o mira como tienen la tumba...si es que guarra, guarra ha sido siempre...) Que no aguanto, claro, y que me pone peor cuerpo si cabe. Hoy ya me ha terminado de encender el comentario que se ha permitido la enviada especial de A3 a un cementerio: Hay gente que no quiere a sus muertos ¡¿Cómo se atreve?!

Bueno, yo sigo….Tras la misa en el cementerio, nos íbamos corriendo a casa antes de que anocheciera. Antes de llegar, parábamos a comprar churros. Esto era muy especial, ya que la churrería del pueblo sólo abría por las mañanas hasta las 10.00. Y sólo abría por la tarde el día de Todos los Santos para tomarlos en casa, en familia, con chocolate caliente, para luego pasar el resto de la tarde comiendo castañas asadas hasta no tener hambre de cenar.




Durante todo el día quedaban encendidas lamparillas flotando en aceite, una por cada difunto amigo o de la familia, y si se apagaba alguna ¡no se volvía a encender! porque era que el muerto no quería luz. Y nunca debía ponerse una lamparilla "por el que no tuviera a nadie para ponérsela" puesto que ése, era el diablo ¡qué cosas!

Para mí es una fiesta triste y lúgubre, de reflexión sobre los que nos faltan (que no día de limpiar la tumba por cojones, aunque lo hagamos días antes o después) y que no me ha gustado nunca por lo mismo, y por los que critican a los que no lo hacen (o hacemos o dejamos de hacer) Por lo mismo, por esta educación en la lugubridad, no soporto muy bien lo que me parece superficialidad en Halloween, y digo que reconozco que es por mi educación, que ando a caballo entre las dos, apreciando y despreciando a las dos por igual. Tiene lo mismo de superficial disfrazarse en este día para mí triste, que limpiar y visitar una tumba por hipocresía y convención social (y que conste que le he dejado flores a mi padre, y sobre todo a mi abuela, porque sé para ella era muy importante)

Pero si volviera a nacer, si tuviera que quedarme con alguna de las dos maneras de celebrarlo, y dado que de mis muertos me acuerdo más de una vez al año....indiscutiblemente me quedaría con HALLOWEEN, que tan divertido es para mi hija y mi marido (hoy no quiero llamarle mi santo…¡¡que yuyu!!)
El chocolate no faltó este finde, que celebramos con mi madre, como debe ser, y con las niñas, que tuvieron su chocolate caliente (con pan…el viernes no había churrero vespertino)

Y desde hoy, inauguramos en casa la celebración de Todos los Santos con Tortitas con Nata y chocolate (o lo que se tercie). Aunque, igual que me acuerdo varias veces de mis muertos…pues probablemente repitamos las tortitas.

Abrazos perezosos de domingo (que no menos sentidos)