domingo, 27 de junio de 2010

Chipirones rellenos (o preñados, ¡como yo!)

Voy como el Guadiana, apareciendo y desapareciendo, pero anda, que vaya semanitas que llevo:



Todos los fines de semana estoy hecha un trapo. Creo que es porque en casa trabajo más que en la oficina, y eso me deja molida, o bien que entre semana voy tirando y procuro no hacer ni el huevo ocupándose mi santo de casi todo. El caso es que es en finde cuando más vomito, y más me baja la tensión.



Esta semana tuve análisis y el ginecólogo quería hacerme otra eco (me la están haciendo cada 2 semanas ¡viva la SS!) así que, tras un fin de semana en que habíamos tenido boda a 600 km y al borde del mar...allá que fui en ayunas tras el viajecito, y una mala leche....impresionante. Hasta rellené una reclamación mientras esperaba que me sacaran sangre, pues en una hora sólo habían pasado 10 personas a pincharse: sólo había una persona atendiendo. Yo es que con hambre no conozco...



También reconozco que no se lo había dicho a nadie, pero esa semana 10 era clave para mí. Fue en la 9 cuando el anterior embarazo se confirmó que no tenía futuro, y que había empezado a perderlo. Ya sé que este tenía corazón, pero iba con el alma en un puño pensando si no saldría con una nueva cita para legrado. Además mi santo no podía acompañarme, pues ya había pedido porrón de tiempo para lo que su empresa es debido a la boda. Imposible para él venir a esa hora conmigo, así que me sostenía mi madre...que nada sabía la pobre del porqué de mi humor de perros.



Dado el retraso en los análisis lo comenté con la enfermera del obstetra, ya que se me estaba pasando la cita. Me dijo que sin agobios, cuando terminara, desayunara bien, y subiera que me colarían puesto que mi cita estaba ahí y existía. Tecnicamente, no es colarse ¿no?



Bajar de nuevo a extracciones y ponerse 3 enfermeros a sacar sangre, fue todo uno, y nos ventilaron en un pis-pás. Además fueron tan amables, y me hicieron tan poquito daño que la reclamación empezó a criar polvo en mi carpeta de las ecos.



Una vez desayunada (napolitana de chocolate, porque yo lo valgo...yo, y los dos kilos que he cogido en dos semanas ¡ups!) subo arriba y me cuelo en cuanto sale la barrigota que está dentro, con el beneplácito del obstetra y la enfermera. Hoy el obstetra es diferente, así que me atrevo a pedirle si puedo grabar con la supercámara de móvil la sesión para el padre de la criatura, que no ha podido venir, y su hermanita. Me tienen mimadita, sobre todo la enfermera, que es la única que no cambia aunque cambie el médico, y me lo consienten. Sólo tuerce así un poco el morrete y dice que no está seguro que pueda grabarlo bien....¿no es un amor?



Hoy no es vaginal, y me la hace abdominal. Horror. Yo pensando que me iba a quitar la braguita y el pantalón en el baño, y me pilla con las bragas de emergencia: o sea, las últimas del cajón que te quedan limpias y que nunca te pones, salvo cuando tienes porrón de ropa sin doblar porque estás embarazada y perra, y además con una maleta con bragas sucias por lavar, y limpias por colocar.



Pero sólo me dura la vergüenza del color de mis bragas tres segundos (vaaaaale, eran las rojas de la suerte de hacía 3 nocheviejas, pero no bonitas ni de encaje...sino unas comodísimas elásticas faja-boina que encontré)



Fuera de bromas, contuve la respiración mientras me ponía el gel ese para que corra bien el cacharro. Aún tenía la última imagen de mi judía, hacía 3 semanas, y me daba pavor verla igual. Acababa de leer que en la semana 10 tienen todos los órganos principales formados, y ya sólo es terminar detalles y crecer en las 30 semanas siguientes. Era lo que a mí me traía loca, que ese completamiento no se hubiera producido.



Mi parte optimista enfocó al monitor frente a mí. Mi parte pesimista contuvo la respiración, y antes de que me diera cuenta, mi hermoso hijo (todo el mundo dice que sueña-ve-imagina un niño, no saben el por qué) o hija aparece ante mis ojos absolutamente completo y diáfano: Veo su cabeza, gorda, y su tronco, y sus pequeñas delgadas y desproporcionadas piernas al final de su cuerpo. Y veo el cordón umbilical en el centro de su vientre, y veo su brazo derecho levantado y veo sus dedos claramente, bueno, tal vez aún no están separados, pero el obstetra me confirma las calcificaciones, o sea, los huesos de su mano claramente están ahí, los que yo veo.



Tanta belleza me nubla la cabeza y me inunda el corazón y los ojos, y pienso el enorme regalo que tengo dentro, qué grande es el "guiso" que se cuece en mi interior, cuántas expectativas de simple crecimiento y ansía de conocerle hay a su alrededor. Apenas ha crecido unos centímetros...la diferencia entre la vida...y las demás cosas feas que nos habían pasado ¿Cómo es posible que el paso de milímetros a centímetros produzca tanta felicidad?




Foto de San Google



Cuando nació mi nena creí morir de amor....la sensación continúa, y vuelve a crecer...¡¡¡como mi barriga!!!


Aún es posible un poco más. Le digo al médico, que ha leido el historial y está contento, y nunca, ninguno de los 3 que me ve, han dejado de llamarle "tu bebé" desde la semana 5...pues eso, le digo "no se mueve"



¿Cómo que no se mueve?- me replica con su suave acento extranjero-Yo sí lo veo moverse, veo su corazón, mira te lo voy a poner, es para tí, escucha.

Y me pone el altavoz, y esa música celestial tan anhelada en los otros dos fallidos vuelve a mis oidos para llenarme de felicidad.



Me traje el video que disfrutamos los 3 en casa una y otra vez. Salí de allí completamente eufórica, mi mal humor mañanero y de ayunar y esperar se habían esfumado como si nunca hubieran existido, la reclamación no tiene para mí ya sentido porque cuando los españoles nos decidimos a ponerlas por escrito, casi siempre se cruza por en medio personal extremadamente atento que pese a las limitaciones y falta de compañeros te hace la vida todo lo agradable que puede....y como solemos asociar faltas a personas...no puedo poner una reclamación en el hospital del que salgo más feliz de lo que en los últimos meses, y esto es completamente en serio, he estado.



Salgo eufórica, mi alegría y mi despreocupación me desbordan. Además, me han quitado las vitaminas que tomaba por si me estaban complicando las naúseas, cosa que debían estar haciendo: llevo 5 días sin tomarlas, y su desaparición casi completa ha sido paralela a dejar de tomar el complejo.



La foto del embrión está tomada de internet, porque esta vez no me la dieron...¡con el video tenemos bastante!



Esta otra foto es de los chipirones rellenos con los que hoy nos ha sorprendido el paladar mi santo. El relleno ya lo tenían, en la pescadería los venden así, aunque por su dureza, y por lo que tardan en cocerse, estamos dudando de que realmente sean chipirones. Mi madre dice que posiblemente sean voladores, mucho más duros.



Apenas puedo poneros la receta, sólo la crónica de lo deliciosos que están, y lo loca que me tiene mi marido con las cosas que cocina: es infinito. Su creatividad no acaba nunca, y coge pinceladas de acá y de allá, y las reinventa, y se las adapta, y, y, y, y....que así me voy a poner como un camión de los que pone VEHÍCULO LONGO. Pero eso será otro post.



Hoy mi chico ha pochado dos cebollas bien grandes, y un pimiento y medio, un ajito cortado y luego ha puesto encima del pochado y dejado cocer los chipirones en su propio jugo sin nada de agua, sólo un culín o un dedito de vino tipo Pedro Ximénez o moscatel. Los chipirones buenos se cuecen en 5-10 minutos. Con los otros hay que tener más paciencia, tardan muchísimo y no se garantiza "blandura"

Lo ha presentado con nidos de patatas paja que debían haber albergado un huevito de codorniz que nos hemos olvidado de comprar, sobre unas hojas cortadas artisticamente de masa Brick fritas.


Dedicado a todos aquellos que pasaron o acaban de perder un sueño: Os prometo que como decía Annie...el sol volverá a salir MAÑANA

martes, 1 de junio de 2010

Peces (o pescado al horno en general)


¿He dicho alguna vez que tenemos un acuario?



Pues sí, grande y hermoso, heredado. De 200 litros. Eso da, por lo visto para tener muuuuchos peces.



Hemos tenido de todo, peces limón (Blas), peces naranja (todos fueron Epi, aunque el primero nunca se olvida ¡como se acercaba cuando me ponía junto al acuario)



Siempre hemos tenido uno del tipo...pleco algo. Es un bicho inmundo, prehistórico, con una boca donde los demás tenemos el cuello o los pelillos de la barbilla y que da mucho asco. Claro, que más asco da no tenerlo, porque se te ponen los cristales del acuario y los adornos y piedras llenas de verdín.



También hemos tenido y tenemos peces neón, cebritas, naranjitas de rayas...baratillos, vaya, que hay por ahí cada belleza, que cuesta una pasta que no os imagináis.



Una vez el acuario casi quedó vacío. Bien dicen que sobreviven los más fuertes, los que son capaces de adaptarse a todos los ambientes. Sólo quedaron dos alevines minúsculos, tan pequeños, que ha sido un verdadero milagro...su repoblación. Necesitaron ayuda, es decir, una adquisición externa para poder hacer las cosas en condiciones, ya que ambas "pezas" eran hembras.



Pero vayamos por partes. Primero: la mayor matanza acuaril, o como hacer una sopa de peces rica-rica. Resulta que por recibir una super camada de Guppys, los peces más prolíficos que podáis imaginar(qué lástima no sean atunes) que nos regaló una vecina porque quitaban acuario. Más o menos unos 50 ejemplares de todos los tamaños. Preparando "el traslado" hubo problemas que no fueron evidentes hasta el día siguiente...Por la mañana ya había unos 3 ó 4 peces pegados al filtro. Muerte ohhhhhhhhhhh....pensé que era simple estrés ¡qué peces tan delicados! El caso es que estaban muy revueltos, y todos se concentraban en una zona, y casi en la superficie.



Cuando mi santo llegó al medio día la tragedia estaba servida. El acuario era una inmensa sopa, calentita, de todos nuestros ejemplares flotando bien cociditos en ella: el día anterior manipulamos sin querer el calentador que mantiene el agua en unos agradables 27,80 ºC, a 34,93 ºC o más (el termómetro-pegatina no tiene más medida) Pero vaya, que esa temperatura, aún para peces de agua cálida, resultó...hirviente.



Total, que quedaron como dije antes, dos mini requetechiquininos alevines. Como si estuviera vacío, pensé yo. Pero crecieron, y no se murieron, y ya por fin una tarde viendo que no habiéndoles matado el calor, los iba a matar el verdín que se acumulaba (también se murió el limpiacristale) pues fuimos a repoblar el acuario. Trajimos de nuevo neones, rayados, y el pleco-asco que en un pispás como DonLimpio, dejó el acuario reluciente. Bueno, a lo mejor fueron unos días.



También trajimos un solo ejemplar de Guppy, macho para ver si había suerte con las 2 hembras supervivientes. Pesao es un rato, una murió por el camino. No la mató el agua hirviendo, y la mató el "brasas" que además, es un adonis azul y elegante como una bailarina española con bata de cola. La única hembra por tanto que quedó, pronto demostró ser la más fuerte de todos los peces que han pasado por nuestra vida acuaril: engancha una camada con otra, no ha terminado de parir una (unos 18-20 ejemplares) cuando ya se la ve el punto negro de nuevo embarazo ¡y ya lleva tres! A uno por mes va, así que hace 5 días, antes de regalar una bolsa bien llena de agua y peces, teníamos unos 60 alevines. A mí me da un poco de pena, porque el macho no la deja respirar, siempre persiguiéndola, siempre acechando. Y a ella no le gusta ¡huye! Confieso que he tenido tentaciones de tirar al macho por el retrete y que la pobre se pueda sentar a respirar y disfrutar un poco.



¡Qué cosas! Tan fácil que es la reproducción para algunos, y tan difícil para otros. ¡No pasa nada! Todo va bien...espero. Dicen que cuando el demonio nada tiene que hacer, con el rabo mata moscas. Tengo naúseas nauseabundas que van y vienen. Ya sé que son tonterías, pero preferiría que se quedaran el tiempo reglamentario, ya que no conozco en mí embarazos asintomáticos que hayan salido adelante. Pero bueno, salvando esas tonterías y ñoñerías que se me están poniendo, estoy bien.



Hoy he comprado pescado, entre otros, Corvina, que nunca habíamos probado. Es como la lubina pero grande y fácil de preparar, y con relativa poca espina. La he pedido en 2 filetes y la verdad es que no cunde tanto, pero es fina y como digo, fácil de hacer. Casi siempre que hago pescado "a lo sano" lo hago de la misma manera, sea el que sea, de forma que sea el propio pescado el protagonista. Siempre lo pongo en una fuente pirex grande, abierto y extendido, o en rodajas, según el que sea. Ajo en lonchas por encima, sal, exprimir con la mano medio limón, y un chorrete generoso de aceite de oliva virgen extra y al horno hasta que esté hecho. Normalmente se hace en unos pocos minutos. También se puede hacer así al microondas, solo que el ajito no se nos dorará, pero podemos dorarlo en la sartén y añadirlo por encima. Viene muy bien para mantener el peso, que yo estoy cogiendo injustificadamente rápido para llevar tan pocas semanas.



¡Y es mucho más rico que la sopa de peces de acuario!