Voy como el Guadiana, apareciendo y desapareciendo, pero anda, que vaya semanitas que llevo:
Todos los fines de semana estoy hecha un trapo. Creo que es porque en casa trabajo más que en la oficina, y eso me deja molida, o bien que entre semana voy tirando y procuro no hacer ni el huevo ocupándose mi santo de casi todo. El caso es que es en finde cuando más vomito, y más me baja la tensión.
Esta semana tuve análisis y el ginecólogo quería hacerme otra eco (me la están haciendo cada 2 semanas ¡viva la SS!) así que, tras un fin de semana en que habíamos tenido boda a 600 km y al borde del mar...allá que fui en ayunas tras el viajecito, y una mala leche....impresionante. Hasta rellené una reclamación mientras esperaba que me sacaran sangre, pues en una hora sólo habían pasado 10 personas a pincharse: sólo había una persona atendiendo. Yo es que con hambre no conozco...
También reconozco que no se lo había dicho a nadie, pero esa semana 10 era clave para mí. Fue en la 9 cuando el anterior embarazo se confirmó que no tenía futuro, y que había empezado a perderlo. Ya sé que este tenía corazón, pero iba con el alma en un puño pensando si no saldría con una nueva cita para legrado. Además mi santo no podía acompañarme, pues ya había pedido porrón de tiempo para lo que su empresa es debido a la boda. Imposible para él venir a esa hora conmigo, así que me sostenía mi madre...que nada sabía la pobre del porqué de mi humor de perros.
Dado el retraso en los análisis lo comenté con la enfermera del obstetra, ya que se me estaba pasando la cita. Me dijo que sin agobios, cuando terminara, desayunara bien, y subiera que me colarían puesto que mi cita estaba ahí y existía. Tecnicamente, no es colarse ¿no?
Bajar de nuevo a extracciones y ponerse 3 enfermeros a sacar sangre, fue todo uno, y nos ventilaron en un pis-pás. Además fueron tan amables, y me hicieron tan poquito daño que la reclamación empezó a criar polvo en mi carpeta de las ecos.
Una vez desayunada (napolitana de chocolate, porque yo lo valgo...yo, y los dos kilos que he cogido en dos semanas ¡ups!) subo arriba y me cuelo en cuanto sale la barrigota que está dentro, con el beneplácito del obstetra y la enfermera. Hoy el obstetra es diferente, así que me atrevo a pedirle si puedo grabar con la supercámara de móvil la sesión para el padre de la criatura, que no ha podido venir, y su hermanita. Me tienen mimadita, sobre todo la enfermera, que es la única que no cambia aunque cambie el médico, y me lo consienten. Sólo tuerce así un poco el morrete y dice que no está seguro que pueda grabarlo bien....¿no es un amor?
Hoy no es vaginal, y me la hace abdominal. Horror. Yo pensando que me iba a quitar la braguita y el pantalón en el baño, y me pilla con las bragas de emergencia: o sea, las últimas del cajón que te quedan limpias y que nunca te pones, salvo cuando tienes porrón de ropa sin doblar porque estás embarazada y perra, y además con una maleta con bragas sucias por lavar, y limpias por colocar.
Pero sólo me dura la vergüenza del color de mis bragas tres segundos (vaaaaale, eran las rojas de la suerte de hacía 3 nocheviejas, pero no bonitas ni de encaje...sino unas comodísimas elásticas faja-boina que encontré)
Fuera de bromas, contuve la respiración mientras me ponía el gel ese para que corra bien el cacharro. Aún tenía la última imagen de mi judía, hacía 3 semanas, y me daba pavor verla igual. Acababa de leer que en la semana 10 tienen todos los órganos principales formados, y ya sólo es terminar detalles y crecer en las 30 semanas siguientes. Era lo que a mí me traía loca, que ese completamiento no se hubiera producido.
Mi parte optimista enfocó al monitor frente a mí. Mi parte pesimista contuvo la respiración, y antes de que me diera cuenta, mi hermoso hijo (todo el mundo dice que sueña-ve-imagina un niño, no saben el por qué) o hija aparece ante mis ojos absolutamente completo y diáfano: Veo su cabeza, gorda, y su tronco, y sus pequeñas delgadas y desproporcionadas piernas al final de su cuerpo. Y veo el cordón umbilical en el centro de su vientre, y veo su brazo derecho levantado y veo sus dedos claramente, bueno, tal vez aún no están separados, pero el obstetra me confirma las calcificaciones, o sea, los huesos de su mano claramente están ahí, los que yo veo.
Tanta belleza me nubla la cabeza y me inunda el corazón y los ojos, y pienso el enorme regalo que tengo dentro, qué grande es el "guiso" que se cuece en mi interior, cuántas expectativas de simple crecimiento y ansía de conocerle hay a su alrededor. Apenas ha crecido unos centímetros...la diferencia entre la vida...y las demás cosas feas que nos habían pasado ¿Cómo es posible que el paso de milímetros a centímetros produzca tanta felicidad?
Todos los fines de semana estoy hecha un trapo. Creo que es porque en casa trabajo más que en la oficina, y eso me deja molida, o bien que entre semana voy tirando y procuro no hacer ni el huevo ocupándose mi santo de casi todo. El caso es que es en finde cuando más vomito, y más me baja la tensión.
Esta semana tuve análisis y el ginecólogo quería hacerme otra eco (me la están haciendo cada 2 semanas ¡viva la SS!) así que, tras un fin de semana en que habíamos tenido boda a 600 km y al borde del mar...allá que fui en ayunas tras el viajecito, y una mala leche....impresionante. Hasta rellené una reclamación mientras esperaba que me sacaran sangre, pues en una hora sólo habían pasado 10 personas a pincharse: sólo había una persona atendiendo. Yo es que con hambre no conozco...
También reconozco que no se lo había dicho a nadie, pero esa semana 10 era clave para mí. Fue en la 9 cuando el anterior embarazo se confirmó que no tenía futuro, y que había empezado a perderlo. Ya sé que este tenía corazón, pero iba con el alma en un puño pensando si no saldría con una nueva cita para legrado. Además mi santo no podía acompañarme, pues ya había pedido porrón de tiempo para lo que su empresa es debido a la boda. Imposible para él venir a esa hora conmigo, así que me sostenía mi madre...que nada sabía la pobre del porqué de mi humor de perros.
Dado el retraso en los análisis lo comenté con la enfermera del obstetra, ya que se me estaba pasando la cita. Me dijo que sin agobios, cuando terminara, desayunara bien, y subiera que me colarían puesto que mi cita estaba ahí y existía. Tecnicamente, no es colarse ¿no?
Bajar de nuevo a extracciones y ponerse 3 enfermeros a sacar sangre, fue todo uno, y nos ventilaron en un pis-pás. Además fueron tan amables, y me hicieron tan poquito daño que la reclamación empezó a criar polvo en mi carpeta de las ecos.
Una vez desayunada (napolitana de chocolate, porque yo lo valgo...yo, y los dos kilos que he cogido en dos semanas ¡ups!) subo arriba y me cuelo en cuanto sale la barrigota que está dentro, con el beneplácito del obstetra y la enfermera. Hoy el obstetra es diferente, así que me atrevo a pedirle si puedo grabar con la supercámara de móvil la sesión para el padre de la criatura, que no ha podido venir, y su hermanita. Me tienen mimadita, sobre todo la enfermera, que es la única que no cambia aunque cambie el médico, y me lo consienten. Sólo tuerce así un poco el morrete y dice que no está seguro que pueda grabarlo bien....¿no es un amor?
Hoy no es vaginal, y me la hace abdominal. Horror. Yo pensando que me iba a quitar la braguita y el pantalón en el baño, y me pilla con las bragas de emergencia: o sea, las últimas del cajón que te quedan limpias y que nunca te pones, salvo cuando tienes porrón de ropa sin doblar porque estás embarazada y perra, y además con una maleta con bragas sucias por lavar, y limpias por colocar.
Pero sólo me dura la vergüenza del color de mis bragas tres segundos (vaaaaale, eran las rojas de la suerte de hacía 3 nocheviejas, pero no bonitas ni de encaje...sino unas comodísimas elásticas faja-boina que encontré)
Fuera de bromas, contuve la respiración mientras me ponía el gel ese para que corra bien el cacharro. Aún tenía la última imagen de mi judía, hacía 3 semanas, y me daba pavor verla igual. Acababa de leer que en la semana 10 tienen todos los órganos principales formados, y ya sólo es terminar detalles y crecer en las 30 semanas siguientes. Era lo que a mí me traía loca, que ese completamiento no se hubiera producido.
Mi parte optimista enfocó al monitor frente a mí. Mi parte pesimista contuvo la respiración, y antes de que me diera cuenta, mi hermoso hijo (todo el mundo dice que sueña-ve-imagina un niño, no saben el por qué) o hija aparece ante mis ojos absolutamente completo y diáfano: Veo su cabeza, gorda, y su tronco, y sus pequeñas delgadas y desproporcionadas piernas al final de su cuerpo. Y veo el cordón umbilical en el centro de su vientre, y veo su brazo derecho levantado y veo sus dedos claramente, bueno, tal vez aún no están separados, pero el obstetra me confirma las calcificaciones, o sea, los huesos de su mano claramente están ahí, los que yo veo.
Tanta belleza me nubla la cabeza y me inunda el corazón y los ojos, y pienso el enorme regalo que tengo dentro, qué grande es el "guiso" que se cuece en mi interior, cuántas expectativas de simple crecimiento y ansía de conocerle hay a su alrededor. Apenas ha crecido unos centímetros...la diferencia entre la vida...y las demás cosas feas que nos habían pasado ¿Cómo es posible que el paso de milímetros a centímetros produzca tanta felicidad?
Foto de San Google
Cuando nació mi nena creí morir de amor....la sensación continúa, y vuelve a crecer...¡¡¡como mi barriga!!!
Aún es posible un poco más. Le digo al médico, que ha leido el historial y está contento, y nunca, ninguno de los 3 que me ve, han dejado de llamarle "tu bebé" desde la semana 5...pues eso, le digo "no se mueve"
¿Cómo que no se mueve?- me replica con su suave acento extranjero-Yo sí lo veo moverse, veo su corazón, mira te lo voy a poner, es para tí, escucha.
Y me pone el altavoz, y esa música celestial tan anhelada en los otros dos fallidos vuelve a mis oidos para llenarme de felicidad.
Me traje el video que disfrutamos los 3 en casa una y otra vez. Salí de allí completamente eufórica, mi mal humor mañanero y de ayunar y esperar se habían esfumado como si nunca hubieran existido, la reclamación no tiene para mí ya sentido porque cuando los españoles nos decidimos a ponerlas por escrito, casi siempre se cruza por en medio personal extremadamente atento que pese a las limitaciones y falta de compañeros te hace la vida todo lo agradable que puede....y como solemos asociar faltas a personas...no puedo poner una reclamación en el hospital del que salgo más feliz de lo que en los últimos meses, y esto es completamente en serio, he estado.
Salgo eufórica, mi alegría y mi despreocupación me desbordan. Además, me han quitado las vitaminas que tomaba por si me estaban complicando las naúseas, cosa que debían estar haciendo: llevo 5 días sin tomarlas, y su desaparición casi completa ha sido paralela a dejar de tomar el complejo.
La foto del embrión está tomada de internet, porque esta vez no me la dieron...¡con el video tenemos bastante!
Esta otra foto es de los chipirones rellenos con los que hoy nos ha sorprendido el paladar mi santo. El relleno ya lo tenían, en la pescadería los venden así, aunque por su dureza, y por lo que tardan en cocerse, estamos dudando de que realmente sean chipirones. Mi madre dice que posiblemente sean voladores, mucho más duros.
Apenas puedo poneros la receta, sólo la crónica de lo deliciosos que están, y lo loca que me tiene mi marido con las cosas que cocina: es infinito. Su creatividad no acaba nunca, y coge pinceladas de acá y de allá, y las reinventa, y se las adapta, y, y, y, y....que así me voy a poner como un camión de los que pone VEHÍCULO LONGO. Pero eso será otro post.
Hoy mi chico ha pochado dos cebollas bien grandes, y un pimiento y medio, un ajito cortado y luego ha puesto encima del pochado y dejado cocer los chipirones en su propio jugo sin nada de agua, sólo un culín o un dedito de vino tipo Pedro Ximénez o moscatel. Los chipirones buenos se cuecen en 5-10 minutos. Con los otros hay que tener más paciencia, tardan muchísimo y no se garantiza "blandura"
Lo ha presentado con nidos de patatas paja que debían haber albergado un huevito de codorniz que nos hemos olvidado de comprar, sobre unas hojas cortadas artisticamente de masa Brick fritas.
Dedicado a todos aquellos que pasaron o acaban de perder un sueño: Os prometo que como decía Annie...el sol volverá a salir MAÑANA