jueves, 21 de abril de 2011

Vuelve Torrijator (O Torrijeitor II, la torrija final) EDITADO

Jueves Santo. Estas fiestas no hemos pecado antes de tiempo, como en años pasados.

Una barra de pan "espeso" reposando desde ayer.

Se desecharon en el super, por indecentes, las barras preparadas "ex-profeso" para torrijas en las panaderías y similares por contener algunas azúcares ya, otras manteca de cerdo, y ofrecer otras no sólo con la marca para el corte, sino ¡¡hasta cortadas!!

Con la torrija se aprovechaba el sobrante del pan. Preparar un pan especial para hacerlas, a mí no me gusta. Intento simplemente que el pan sea de miga fuerte, tipo candeal.

No me extiendo. El proceso con fotos mías paso por paso (qué procesional me ha quedado, que no profesional) están aquí, en Torrijator I

¡Qué seais buenos y buenas!

Yo, como pienso pecar un montón con las torrijas al final, me voy a andar un ratito a buen ritmo para poder justificar tanto pecao junto como pienso cometer con unas berenjenas rellenas que luego colgaré, y las torrijillas.


¡Abrazos!

Pd. Edición: he puesto el enlace correcto al post que contenía la receta paso por paso de las torrijas. Las de este año llevaban en la leche hervida además, una varita de vainilla que les ha dado un toque ¡delicioso!

¡¡TORRIJATOR!!

martes, 12 de abril de 2011

Olimpiadas maternales (y como adelgazar comiendo rico rico y equilibrado)

No entro en mi ropa de pre-premamá. No quiero comprarme ropa ahora mismo porque supongo que adelgazaré, aunque no me va a quedar más remedio. La dieta estricta cuando amamantas no es una opción, aunque sí comer sano, así que sigo con la sección Privación que no dieta o Ponerse a Plan ligerito.

Todo ello acompañado de ejercicio ¡como no! que no hay que olvidar que el cuerpo es como una cuenta de ahorro: si entra y no sale, engorda sin remedio (gracias Dra. Jomeini)

Tener una segunda hija facilita las cosas, y tengo varias pruebas deportivas que superar cada día, a saber:

  •  Escaloning. Sube y baja a pulso el carricolo por los 6 escalones del portal. Ideal para los brazos. Para que el ejercicio sea completo, se recomienda no practicar el Vecining, es decir, el vecino o vecina que te ayuda agarrando del otro lado. Para ejercitar las piernas (y no partirse más la espalda) se puede practicar el levantamiento de pesas, es decir, levantar el carricolo en volandas para salvar los escalones. Hacerlo con el cestillo de abajo lleno de compra que prometiste NO COMPRAR para no cargarte el cestillo de nuevo, incrementa la quema de calorías.
  • Ascensorin averiating. Lo mismo que lo anterior, pero con las dos plantas+escalones del portal
  • Gimkana mañanera. Se trata de, levantádote a la hora que sea, es indiferente, se llegue siempre en las tres últimas posiciones al colegio de la nena mayor. Consiste en las siguientes pruebas que pueden variar en su orden cada mañana sin previo aviso:
                   Teting de madrugada y en algún rato imprevisible antes de salir hacia el cole. Seguir poniendo el despertador cada día. Es posible que alguno de estos días cumpla su función de despertarte en lugar de pillarte levantando pesas tratando de que la bebé suelte el gas...
                   Pañaling de madrugada, antes de salir hacia el cole, y tal vez en algún otro rato imprevisible antes de salir hacia el cole.
                   En busca del tesoro: Búsqueda cada mañana de algo que es imprescindible para el cole y que por más que quieras dejar planificado y organizado el día de antes, siempre sorprende con su desaparición al día siguiente: un cuaderno especial, los deberes, la mochila, la gorra, el abrigo.
                    Discusing: Variante de la anterior, sólo que incluye lucha dialéctica con la nena mayor: la gorra nueva, no la mugrosa, el abrigo de diario, no el bueno. No, ese cuento no que tiene mecanismo y sonido y siempre lo traes roto. No, no puedes llevar las punteras de gimnasia rítmica puestas al cole.
                    Ayuning: Dependiendo de todos los anteriores, es posible que algún día se practique hasta que puedas volver de la carrera al cole. Lo importante es que las niñas hayan practicado bien el desayuning.
                    1000 m. lisos: O como cubrir en 4 minutos y 30 segundos un trayecto que a buen paso lleva 10 minutos. Que sea sobre ruedas a ti te da igual, porque son las del carricolo y las de la mochila de la nena. Hay varias marcas por el camino. Si las dos mamás que tienen 3 niños de tu calle, van por detrás de ti, la cosa va bien como todos los días. Si van por delante de ti, ellas que siempre son las últimas, vas retrasada de pelotas.
                     Marujing: Si al final tuviste desayuning, caminar a buen ritmo de 60 a 90 minutos con otras mamás preocupadas por su figura salud.
                     
  • Re-1000 m. lisos. A toda leche los que te toca correr hasta casa si se despierta la bebé con ganas de practicar teting.
  • Gimkana casera. Tras diversos tetings (recordamos que por lo visto, quema muchíiiiisimas calorías), pañalings, sonrisas y pedorretas varias (que no adelgazan, pero iluminan la piel) es posible pero no probable que la bebé quiera echarse una reconfortante siesta mañanera. Habrá un tiempo máximo de 2 horas y un tiempo mínimo de 2 minutos para estirar las camas, pasar aspiradora y eliminar así a diario las pelusas de la perra, quitar lavaplatos, poner lavaplatos, quitar y tender y poner la lavadora número 250 de la semana, ordenar pingos varios
  • Tiro al  del carro: Acordarse de sacar al pobre animal peludo. Bajar a pulso de nuevo el carro por los escalones del portal mientras con la otra mano se sujeta al bicho peludo que tira como un caballo mientras tratas de no gritar como una posesa y mientras te acuerdas del encantador de perros que tan fácil parece que le sale. Visualizar y creerte que la perra te va a obedecer esta vez y permanecerá a tu lado mientras ella corre y termina la correa extensible desencajándote el brazo.
  • Planching ¿planching? ¿qué es planching? Pasamos del planching, ya le preguntaremos al santo que es, y si eso, que lo practique, que dicen que es muy bueno para biceps y triceps.
No hay que descuidar la dieta como decía con semejantes ejercicios diarios. La ensalada de la foto es mía, copiada del blog de Carmen que pone estupendo de comer, especialista sobre todo en ensaladas con frutas ( y dulces y repostería, pero de eso NO vamos a hablar).

Ensalada de judías, la foto es mía y es una variante de la de Carmen. Ésta lleva:

Judías verdes redondas hervidas, rodeada de tomatitos cherry que se pueden presentar cortados o enteros si os gusta como se rompen en la boca. Yo rehogué unas setas cortadas con ajo en una sartén y las añadí por encima. Se puede completar con aros de cebolleta. Como yo no tenía, probé con aros de puerro bien lavados y así en crudo, y quedó riquísimo. Aliñar con sal,  y si se tiene, crema de vinagre o de módena y aceite de oliva virgen extra.

Es un plato ligero y que ya lleva ciertas calorías por las judías verdes (aunque no muchas, y siempre serán mejores que otras que provengan de fritos y similares) como no lleva proteínas, de segundo podemos acompañarlo de un revuelto de morcilla. A saber. He decidido que la morcilla casi no engorda (es sangre y arroz, o cebolla)...si no la fríes, así que se coge una buena morcilla de Burgos de arroz, y 3 huevos (para dos personas) y piñones (opcionales)

Le quitamos la piel a la morcilla y la deshacemos en la sartén con una pizca de aceite, solo un poquito. Rehogaremos unos piñones si tenemos. Le damos unas vueltas con la morcilla para que se haga bien toda la sangre, y le añadimos los huevos apenas batidos en el último momento justo para comer. Remover y si es vitro, apagar ya para que se termine de hacer y no quede ni baboso, ni seco. Servir inmediatamente. Es delicioso, aunque la foto no sea muy afortunada...



¡Buen martes y mucha felicidad!

domingo, 3 de abril de 2011

Casi Rosquillas (o Ahmed no va a ningún cumpleaños)


No estaba yo ni en tercero de infantil, cuando llegué con un gran disgusto a casa. En clase, unas niñas habían hecho dos grupos: el de los ricos, y el de los pobres. Y me tocó en éste último.
Hasta entonces yo nunca había pensado en nada así, y solo la división y mi asignación junto a otras niñas, ya pronosticaba que era algo catastrófico. En el grupo de las ricas, además estaban las guapas, que no tenían porqué ser ricas, bastaba que sus papás tuvieran trabajos no al uso en un pueblo como el nuestro, a saber: las pobres, según el conocimiento que me dió el paso de los años, éramos las hijas del campo, y de los desertores del campo como se definía siempre mi padre. Y las ricas eran las guapinas, con lunares si es posible, e hijas de banqueros (cajeros de la caja rural) o hijas de hombres de negocios (auxiliares administrativos en el ayuntamiento) No me interpretéis mal. Las ricas y ricos de verdad, los de pasta-pasta de la buena, no participaban de estas tonterías. A lo sumo algún o alguna poco querido en su casa, y aficionado al peloteo, pero pocos. De hecho la niña más rica del pueblo, pero de lejos, era la más educada, y sobre todo, siempre, sin ser amigas íntimas, nos tratamos con mucho cariño y respeto. Ya se sabe, cosa de educación y no de dinero.


Crecí en un pueblo en el que aún eran figuras importantes el maestro, el cura, el médico. Y por supuesto sus hijos e hijas.


Crecí en un pueblo en el que alguien podía ganar un tercer premio en una maratón sólo por ser la hija de una de esas tres figuras, aún a costa de arrebatárselo a una dulce y espigada niña que corría como el viento, rápida como el pasar de páginas de un dibujo animado.


Crecí en un pueblo en el que, con los años, me alegré de pertenecer a la clase de los "pobres", porque eran castellanos nobles (que no nobles castellanos) sobre todo porque tenían la mirada limpia al fijarla en tus ojos, y no había ni hay otra historia más que la del trabajo duro, bien hecho, y las necesidades básicas bien cubiertas. Lo demás, excepto la salud, zarandajas.


Gente que no cree que porque el estómago no tenga vidrieras, haya que dejarlo vacío para irse de vacaciones.


Gente que nunca se avergonzó de decir ni se molestó ni se molestará en ocultar cual es su trabajo, ni cual fue o es el de sus padres.


Gente que nunca aparenta estar a un paso de codearse con Isabel Preisler y sí de escandalizarse porque sube de nuevo la luz y el gas mientras te desgranan sus ingresos y gastos básicos sin pudor.


Y tú te ríes porque esos "pobres" con los que te catalogaron cuando eras pequeña, gastan más en comer y en calentarse de lo que dispone tu compi-pija para pasar el mes mientras aparenta vivir montada en el dólar, entrando y saliendo de tiendas, outlets y demás.


Y tú de pequeña, invitabas a las niñas pseudo-ricas a tu cumpleaños. En una película americana serían las populares. Y no venían. Y por supuesto, no te invitaban nunca jamás ni por asomo a los suyos.


Este post me da vueltas desde que leí a Mamá española en Alemania, especialmente en este post en el que se refería al trato diferente que tenían sus hijos por ser semi-extranjeros. Y en qué pensará Ahmed cuando, año tras año, no le invitamos a ningún cumple. Ni nosotros, ni ningún niño de los 12 que están en el círculo de la nena. Cierto es que tampoco nunca se ha sabido que invite al suyo, ni que lo celebren, ni que sea importante para él-ellos. Pero me apena saber al hablar con su madre, que va retrasado en la lecto-escritura porque resulta que en casa hablan marroquí todo el rato, y claro, no parece resultar suficiente para que el niño domine mejor el castellano. Porque tampoco después de clase, entiendo entonces, se sumerge en el maravilloso mundo de los españolitos, sino que sigue inmerso en el marroquí.


Y pienso que poco hacemos (qué poco hago) para ayudar a que los demás se integren. Porque puede que sonreir siempre y hablar de vez en cuando con la mamá de Ahmed no sea suficiente. Que quizá invitarle a jugar alguna tarde a la semana con la Nena sería una buena ocasión para que practicara el castellano.


Que quizá me aterroriza más de lo que quiero reconocer comentarios y conversaciones inocentes como ésta respecto a la educación y la cultura, y los prejuicios:


-Ahmed decía ayer, Nena grita y salta a mi alrededor-comenta la mamá de Ahmed


-Sí, está un poco trasto y revolucionada últimamente-me disculpo yo


-Yo le digo "ten paciencia, es niña, está loca, como todas"


-Ja ja ja-río yo con cara de circunstancias....


Joder, mis padres eran excelentes anfitriones. Mi padre metía en casa a todo el que pasaba por la calle, especialmente cosas con mucho pelo (perros y gatos) Y mis padres eran excelentes anfitriones, porque los pobres del pueblo son excelentes anfitriones también.


Como en cualquier cultura rica (que no de dinero) que se precie, el extranjero, el peregrino, la visita, siempre ha de ser tratada con el máximo respeto, y tolerancia, y generosidad. Aunque sólo sea por el honor y privilegio de haber sido elegidos como destino.


Dice Arguiñano (que da para un post, y hasta un blog para él solo, como persona) en la cancioncilla de su programa de recetas en A3 a las 20.15: "El movimiento se demuestra andando...y el cariño cocinando"


En mi pueblo, en sus fiestas más grandes se preparan unos dulces típicos, que junto con vino, no se hacen sino con otra intención que agasajar a las visitas durante esos días de fiesta. Y no sólo a las visitas a tu casa, no...sino a la marabunta que rebosa el pueblo y las calles. La gente pobre, la mía, a la que pertenezco desde que fui clasificada en tercero de infantil; pasa los días y semanas anteriores elaborando y preparando con cariño, que es como ha de prepararse todo lo del estómago, estos dulces que junto con vino se ofrecerán a los forasteros, conocidos o desconocidos.


Quiero ser mejor persona, y no me encuentro más que trabas. Quiero ser tan buena anfitriona como mis padres. Y sobre todo, quiero que mis hijas, sobre todo la Nena, compañera de Ahmed, nunca haga, ni participe en divisiones como en la que me segregaron a mí, ni pierda de vista lo verdaderamente importante de esta vida: las personas.


Y lo verdaderamente importante de las personas: las personas en sí mismas.


En unos días, cuando me la mande mi madre, pondré la receta de las rosquillas y los retorcíos (algo parecido a los pestiños). Jamás los he hecho porque aún no soy una persona que te cagas como es mi madre. Será una transcripción de su receta.


Ella es capaz de pasarse casi 48 horas elaborándolas para decenas de desconocidos, o por encargo mío para decenas de fans que sin conocerla, la adoran.


Os deseo suerte para hacerlas. Hace falta, además de los ingredientes, mucho amor, mucho cariño, mucha tolerancia y mucha empatía.


Por eso aún no me he atrevido a hacerlas, ni las pondré hoy aquí. Mientras Ahmed siga sin ir a los cumpleaños, a mí me faltarán ingredientes.