Pápa
Llevo todo el mes, toda la semana penándote y escribiendote este post mentalmente. Era tan brutal que pensaba avisar a mama y la hermana para que no siguieran leyendo. Después de haberlo escrito, casi mejor que no lo lean.
Porque aún tengo muchas cosas dentro de esos días que no han salido jamás, porque siguen royendo como un cáncer, porque siguen buscando por donde salir porque no salieron en su momento.
He llorado este noviembre, y también he tragado las lágrimas, como aquel noviembre, en el que aprendí a llorar gimiendo para dentro, en silencio y en el autobús de subida y bajada al hospital donde entraste a vivir para no salir.
Tanto te he vuelto a repensar que vuelven a no quedarme fuerzas para escribirte todo lo largo que te he pensado. Nada limpia más que el llanto, cualquiera lo sabe.
Aquel 20 de noviembre bajaba de nuevo en el autobús por la mañana, al hospital. Allí llevaba acampada mama contigo más de 20 días. Sólo te dejó 2 horas para ir a sellar la tarjeta del inem a 40 kilómetros. En transporte público. Tú decías que no podía ser posible. Ella dice que según la vieron la cara en el Inem la sellaron inmediatamente sin esperar.
En el mismo autobús recibo una llamada. Es el santo, entonces novio-santo. Mamá sólo ha podido marcar su número, es del único que se acordó porque es ridículamente fácil y cantarín. Me pregunta donde estoy, irá a buscarme a la parada para que no llegue sola al hospital. Él baja en su coche, y adelanta al mismísimo autobús.
Pa' haberse matao.
En ese trayecto, sola, en el autobús, miro al cielo. Está despejado, luminoso. El 20 de noviembre de 2000 era un día soleado y luminoso. No puedo creer que no estés en este mundo. Mi padre ya no está en este mundo, y ya no voy a volver a verte vivo nunca más. Nadie puede morirse en un día así de bonito. Nadie. Y menos tú. Los días feos, tristes, grises y fríos están para algo. Nadie debería morir un día de sol.
Comienzo a llorar sola. Para dentro, como en los últimos días cuando aprovechaba los trayectos para hacerlo en silencio. Pero empieza a salir a borbotones, y a mí ya todo me da igual. Estoy perdiendo el control y no me importa, no puedo dejar de llorar, no puedo dejar de hipar, es imposible que pueda parar.
Una pasajera que va detrás, hermana mayor de una ex-compañera mía del instituto me pasa un pañuelo y me dice si me puede ayudar, si me pasa algo.
-Mi padre se ha muerto-le digo
Me acompaña los 20 kilómetros restantes, en silencio, tocando mi brazo. Me ayuda a bajar del autobús y espera conmigo buscando al santo que me dijo que me recogía. Me acompaña a recargar el móvil, entonces de tarjeta, porque no tengo casi saldo, y me va a hacer falta. Me lo recarga ella.
El santo me está buscando, llegó antes que nosotras, él también piensa que ya no estás. Se equivoca varias veces tratando de llegar al hospital, un trayecto mil veces hecho y conocido.
Cuando llegamos al hospital es para descubrir que te sacaron de la parada cardiorrespiratoria, estabas en coma. Finalmente no habías muerto un día soleado. Recuerdo perfectamente el punto kilométrico donde miré al cielo pensando que ya no estabas y donde me sentí inmensamente huérfana, y a la vez ajena. Nadie debería morir un día soleado.
Estabas vivo pero no había vuelta atrás. Nos dijimos nuestras últimas palabras el día anterior por la noche:
-Te quiero mucho
-Yo también, mucho y apretao.
El día 21 una amiga supo que algo iba muy muy mal. Era su cumpleaños y yo no la había llamado.
El día 22 de noviembre de 2000 (22-11-00) hizo un día terrible de otoño-invierno en Madrid. Agua viento fortísimo y helado. Si alguien tiene que morir, que sea un día en que el cielo llore y se derrumbe sobre nuestras cabezas. Que se pare el mundo, deteneos todos. Mi padre ha dejado de introducir aire en su cuerpo a las 19,30 de la tarde, y no volverá a hacerlo nunca más. Parad y observad lo desgraciadas que somos. Los más de 40 ºC de la neumonía por aspiración, causa última de la muerte y que hacían arder su cuerpo van desapareciendo a una velocidad vertiginosa. No puede ser. Te hablo al oido, y te canto nuestra canción infantil, para que me oigas hasta que la última neurona de tu cabeza deje de depender para siempre de tu sangre, y de tu latido. Te sostengo una de tus manos y a pesar del coma, el último estertor, el momento final eres consciente. Tu mano tiembla ligeramente, se contrae levemente. Nadie más lo nota. Cae una lágrima por tu ojo derecho, donde yo estoy. Quiero llorar pero mi madre, tu mujer, me dice que ahora no, luego, luego, hemos de acompañarle. Llamamos a tu padre, y a tus abuelos para que acudan en tu búsqueda, ve con ellos, están ahí...
Te abrazo porque ya no sientes dolor y tus huesos se me clavan en el corazón PARA SIEMPRE PADRE.
Todos a mi alrededor pierden el control. Yo no, porque te lloré 20 kilómetros. El tío J. mira alrededor, se detiene sobre mí, y me dice:
-Tú, que estás más entera, baja a urgencias donde está la abuela y dile que todo sigue estable.
No estoy entera. Estoy estupefacta. Soy su hija. Es mi abuela, es su madre. No estoy entera. En realidad soy de corcho.
He sido de corcho mucho tiempo, muchos años. Noviembre comienza con unos días antes de octubre, una ambulancia, una despedida en la puerta de casa, y la certeza de que era la última vez que la pisabas. Noviembre tiene a mal obligarme a revivir cada día la oscuridad de aquellos días, hasta el 24, el día que te enterramos.
El día 25 tuvimos que ir al carreflús a comprar. No teníamos nada después de 26 días de hospital. Mamá lloraba en la cámara de los yogures porque había demasiados y no sabía cual elegir. Mi tutora de prácticas se cruzó con nosotras, no sabía nada. Me dió dos besos, y me preguntó ¿qué tal todo?
Sólo pude decir "ayer enterramos a mi padre".
No dijo nada.
Tiró de mí hacia ella, me abrazó en silencio, y no recuerdo más demostración de empatía, de respeto y de comprensión que aquélla.
Hoy ya no tengo más ganas de hablar....
¿Por qué del Struddel? Mira papa, pues es que a la vejez viruelas...mamá estuvo fatal, pero fatal muchos años. Pero luego el tratamiento, sus ganas de vivir, que había llegado a perder, y las nietas, la sacaron del bache. Se puso, y está muy guapa, pero fijaté que se hizo alérgica a la leche. Por eso te digo que a la vejez viruelas. Así que siempre que tenemos celebración de tarta, le hago ésta que no lleva ni pizquita ni gotita de leche ni mantequilla (aunque la original si que lleve un poco de mantequilla)
Es facilísima, te hubiera encantado ¡ojalá hubiera conocido antes a Carmen que me dió la receta! Mi hermana ha aprendido a hacer tu favorita: bayonesa con cabello de ángel...que explicaré otro día.
Struddel
-Una plancha de hojaldre precocinado cortado en dos mitades
-Dos manzanas peladas y cortadas en lonchas
-Uvas pasas, nueces (opcional)
-Azúcar y canela
-Azúcar avainillada (opcional)
-Azúcar glas (en la picadora queda fenomenal, opcional también)
-Huevo batido para pintar y hornear
Colocar a lo largo de una de las capas de masa la manzana. Espolvorear azúcar y azúcar avainillada y canela ( y poner unas bolitas de mantequilla, pero yo no lo hago para que la coma máma) y añadir las pasas y las nueces al gusto, o prescindir de ellas.
Estas manitas son de tu nieta segunda, mi niña grande
Sacar y espolvorear azúcar glas y canela ¡buenísimo!
12 años, sólo 20 kilómetros llorados, y apenas unos metros avanzados....
Demasiado mucho poco tiempo sin ti.
Esta entrada tiene los mismos sentimientos que la que yo he hecho esta semana, a veces estos blogs sirven "para que hablemos con el cielo". Mi perdida fue el mes pasado así que te puedes imaginar... Besos y ánimo.
ResponderEliminarCuánto lo siento y te entiendo María Dolores, un abrazo apretao
EliminarTu madre estuvo fatal pero mejoró y está guapiima, tu tienes dos hijas preciosas y una hermana y un santo que te quiere y es que de todo se sale y recordar aunque sea duro nos hace fuertes y demuestra que somos humanos capaces de sentir y vivir!
ResponderEliminarllorando me tienes!
pero ese estrudel tiene muy muy muy buena pinta, lo mismo lo hago esta mñana de matrona sin niña, para que lo prueben esta tarde m y ella!
Mucho ánimo!
Besos
La verdad es que me e identificado contigo en muchos momentos.
ResponderEliminarUn besote y un gran abrazo.
La tarta pienso hacerla esta tarde, gracias.
Gracias por venir Odry ¿probaste la tarta?
EliminarTita, a ver cómo explico yo a quienes me rodean por qué estoy llorando como una Magdalena.
ResponderEliminarCuando murió mi padre yo atravesaba una situación personal complicada y no fui capaz de llorarle. Ni una lágrima. Pero, pasados varios años, fuimos a ver la película "Tierra y libertad" de Ken Loach, porque mi padre había sido anarquista y había participado en la batalla del Ebro.
Pues todo fue aparecer los títulos de crédito de la película y empezar a llorar y no parar hasta que puso fin.
Luego, he vuelto a ver la peli y la he visto serenamente, ya hice mi duelo.
Muchos besos, guapa, un achuchón apretao.
Hoy mismo voy a hacer el struddel
Lo que no se llora un día, se tiene que llorar otro ¿verdad Contadora?
EliminarBesos
te puedes creer que tenia una plancha de hojaldre a punto de caducar, manzanas y azucar y acabo de hacer un struddel buenisimo!!! Gracias por ponerme la miel en los labios! una cosa ´más que he aprendido_!
ResponderEliminarBesos
Uma, ¿a que está bueno? un abrazo guapa y gracias por venir ¿como te encuentras?
EliminarBueno, tengo que decirte que he llorado un rato leyendo este escrito sobre el fallecimiento de tu padre.
ResponderEliminarMe recuerda mucho a lo que he vivido yo con el mio.
Ahora están protegiéndonos desde arriba, tenlo siempre presente, eso ayuda mucho.
Un besazo
Florci, nos protegen desde arriba, claro que sí. Un abrazo preciosa.
EliminarMi padre también murió en noviembre y su cumpleaños era hoy...no sabes como te comprendo y como comprendo a tu madre
ResponderEliminarEste post está lleno de maor Tita...
un abrazo de abuela
Pluvisca, abueliña, vaya mes también para ti...un abrazo apretao.
EliminarBuffffffff Me has hecho llorar.
ResponderEliminarUn apretaillo fuerte, fuerte , que con tu permiso ya sabes que he hecho mío.
Carmen ¡os he hecho llorar a todas! perdón!!!
EliminarBesitos
La receta ya la leo otro día, si eso, porque ahora no veo....
ResponderEliminarPseudo ¿ya has visto la receta? merece mucho la pena!!! jajajajaja
EliminarLeí ayer tu post pero sinceramente no sup qué decirte. Yo, afortunadamente,, no he vivido todavía esos malos tragos que nos da la vida. Aun conservo a mis padres y a mis suegros. En realidad no se lo que es sufrir una muerte cercana, mis abuelos murieron cuando yo era muy pequeña y no tuve mucho trato con ellos (vivíamos lejos) por eso lo único que te puedo decir es que eres una persona muy fuerte, llena de amor y cordura.
ResponderEliminarUn besico y ADELANTE!!!
Hola Mariluz, gracias por volver a comentar, te agradezco un montón tu visita y tus palabras ¡un abrazo guapa!
EliminarPd. ¿y tú dices que no has vivido malos tragos? tú si que eres una campeona
Debe quedarte la satisfacción de haber estado a su lado, dándole la mano. Seguro que para él fue muy importante, y tú lo sabes. Con mi padre no tuve valor, y con mi madre no tuve la oportunidad. El murió con mi madre dándole la mano y diciéndole cuánto le quería. Mi madre murió sola en la UCI ... una injusticia más en su vida.
ResponderEliminarPor eso te lo digo... tienes que estar contenta de haberle podido acompañar.
Y aquí me tienes llorando... por tí, y un poco por mí...
Sabes que me tienes para todo... y si no lo sabes, te lo repito: me tienes para todo.
Un abrazo, ya queda poco para que acabe noviembre.
Elena-Z ¡se acabó noviembre!
EliminarAcompañarle es de las cosas que más afortunada me hacen sentir, tienes toda la razón. Un abrazo apretaito.
madre mia que jartón a llorar.
ResponderEliminarUn abrazo apretao
Friki ¡no llores más! besitos para ti y Tachenkin
EliminarTita, noviembre es un mes extraño. Yo nací un día 6 de noviembre. Bueno, volví a nacer. Sobreviví al primero (de tres) embarazos ectópicos. Y estoy bastante feliz por ello.
ResponderEliminarMi primera criatura desapareció ese día. Fue un día soleado de esos que dan por saco cuando estás triste. Me faltaron muchos abrazos de esos que tú recibiste... "no llores, que no es para tanto"
Me rescataron de mi tercer embarazo ectópico un 29 de noviembre. Nadie llora esas fechas, más que yo, que empiezo a ponerme mústia el día del Pilar, que fue cuando yo ya noté que no iba todo tan bien. Y el día de Todos los Santos, cuando dejo mi oración frente a la chica que murió por un embarazo ectópico mal diagnosticado. Y el día cuatro, que era el aniversario de bodas de mis abuelos y tuve que engañarles por no haber ido a la comida porque estaba en el hospital y no quise asustarles.
Yo quisiera traspasar la pantalla y seguir llorando contigo hasta vaciar todos esos dolores que nos aprietan por dentro y nos hacen papilla de estruguel de ese. Mecagüento, niña, un beso grande y un apretón hacia el cielo.
(¿él me los cuidará si se lo pides? Seguro, seguro. Dile que son 4 pero muy pequeñitos)
Ana, vaya mes el tuyo también. A mí se me fueron en febrero.
EliminarLos cuida desde arriba , no lo dudes ¡no conozco a casi nadie que le gustaran tanto los niños y los animales además!
que artón de llorar,
ResponderEliminarun beso guapa no puedo escribir mas.
Soledad ¡el llorar se va a acabar!! besitos y abrazos apretaos
EliminarHola tienes una seguidora mas! http://lazosbebes.blogspot.com
ResponderEliminarTe presento mi tienda online www.lazosbebes.com SALUDOS
Bienvenida Lazos bebés!
EliminarPara mí tb hubo algo parecido en la pérdida de mi padre. Me llaman a la universidad, la que desde ese día se convirtió en mi mejor amiga corría detrás de mi mientras luchaba por llegar a un tren al q le faltaban 5 min para salir. Al llegar a Madrid me encontré con una profesora de la universidad q me apoyó en silencio. Yo también recuerdo caminos de llorar en el autobús y como, días después, tras el silencio arranqué a llorar amargamente con cancion de juventud de Rocío Dúrcal "volver a verte", también recuerdo sus últimas palabras de amor y el último contacto con el calor de sus manos.
ResponderEliminardibujo
Dibujo...en lo bueno se conoce a los amigos, pero en lo malo más ¿verdad?
EliminarQue suerte tita darle todo tu cariño en la hora de su muerte.
ResponderEliminarCuando murio mi madre yo estaba de viaje cuando me llamaron y localizaron ya estaba muerta, (antes no habia moviles y en los hoteles no se preocupaban mucho de dar recados.
habia huelga de renfe
tarde mas de 7 horas valencia madrid, en madrid me perdi en el metro (nunca me paso)
eran las 3 de la tarde cuando un taxista se apiado de mi(no me creian que fuera una cosa tan urgente) y me llevo hasta el pueblo donde residia mi madre y la familia me esperaba para el entierro.
nada mas llegar mi marido se encargo de todo,pagar taxi recojer mis cosas, yo solo tube que despedirme de mi mami.
aquella noche ya en la cama consolada por mi marido llore y llore y descanse.
cuando murio mi marido estube muy malita por que tenia que hacerme la fuerte delante de el en la enfermedad y de mi suegra que la pobre perdia un hijo y de mis hijas que perdian a su padre.mi hija me comento que lloraba dormida,
tita cuando se muere un ser querido tu pareja te ayuda te consuela te quiere,
cuando pierdes tu pareja lo pierdes todo y tienes que aprender a vivir y tardas años en disfrutar de lo que tienes hijos nietos un beso guapa.
Quiero creer que de algún modo este desgarro en palabras y letras que a duras penas podía leer entre lágrimas te ha sentado bien.
ResponderEliminarQue el dolor ha disminuído su ardor y que la ausencia que nunca se llena, está rebosante de hermosos recuerdos.
Un abrazo apretao, de esos que tú sabes.
Pilar, afortunadamente ya los recuerdos buenos y el amor lo bañan casi todo. Solo quedan algunos rincones que no se ventilaron bien en su momento.
EliminarNo suele haber catarsis mala ¡gracias por estar aquí! un abrazo apretao
Un beso y un abrazo muy fuerte, sobran las palabras.
ResponderEliminarHola Nora ¡gracias por venir guapisima!
EliminarBueno... ya acaba noviembre. A ver si a partir de mañana se te afloja un poco el corazón.
ResponderEliminarTu padre murió joven, el mío también, pero seguro que se llevó mucho más amor que otros que vivieron más años. Y, aunque eso no consuela, da la satisfacción el haber sabido aprovechar el tiempo.
Y piensa que no se ha ido del todo. Ya ves, después de tantos años, todavía le sientes.
Un abrazo de los vuestros. CarMencita
Carmencita, imposible dejar de sentirlos ¡afortunadamente!
EliminarMuac zanahoria!!
Pájara , me has hecho llorar !!!!
ResponderEliminarJohana qué bien verte por aquí ¡lamento las lágrimas!
EliminarSé lo que se siente, mi padre murió este pasado Julio un día antes de mi cumpleaños.
ResponderEliminarEs muy fácil decir "y la vida sigue...", pero todo cambia.
¡MUAC!
Pedro, te escribí. Un abrazo apretao
EliminarEstoy llorando sin querer, no puedo parar; como te entiendo!!! que fresco lo tengo aún. Hace un mes que me dejó mi papaiño (así llamaba a mi abuelo)en un maravilloso día de otoño...ufff...un biko mi niña....
ResponderEliminar¡Hola preciosa! qué alegría leerte por aquí, aunque lamento las tristes noticias. Un abrazo apretao
EliminarNo sabes lo contenta que estoy de haber descubierto tu blog.
ResponderEliminarMe encantan las recetas caseras y sencillas de elaborar de cocina.
Probaré esta receta que te ha dado tu amiga. Sí, has sido afortunada de conocerla pues una persona así te endulza la vida.
Te enlazo en mis blogs favoritos para seguirte con más asiduidad
Me encanta tu blog y todos los sentimientos que despositas en él
Hola María Jesús, sé bienvenida y muchas gracias por tus piropos ¡besos!
EliminarMontse, qué bueno es llorar y escribir ¡a que sí???
ResponderEliminarSiempre presentas tus recetas con historias cotidianas... pero tan tristes, no :(
ResponderEliminarTodas tenemos alguna fecha de esas tan presentes que, por mucho que pasen las semanas y los años, seguimos recordando.
Sólo nos queda que seguir caminando, cocinando y recordando los buenos momentos.
Se ve deliciosa la tarta, seguro que todos allá donde estén la saborean.
Un besazo,
Quiero desearte unas felices Navidades y un buen año 2013, así como agradecerte las buenas recetas que me has enseñado durante todo el 2012. Muchas gracias y mil besos.
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