Matrix y las pastillitas (o aquella panzada de donuts)

Hemos estado viendo Mátrix de nuevo. Bueno, en realidad la hemos visto en 3 ó 4 ratos, porque cuando no nos vencía el sueño, reclamaba la bebé. Me encanta Mátrix, una película que por su tema vino a sacudir el cine, que recuerdo en aquella época poco sorprendente. Sigue sorprendiéndome esta película al cabo de los visionados y de los años. Y para que nos vamos a engañar...Keanu Reeves, que tiene "mojo" como diría el insoportable de Austin Powers, está de buen ver, que diría mi abuela.

Recuerdo en una casa rural a la que fuimos varias parejas amigas...las chicas (bueno, ya éramos mayorcitas, no fue hace tanto) acabamos tratando de encontrar el protomacho que nos gustara a todas. Tenía que serlo por unanimidad. Richard Gere se acercó bastante. George Clooney, otro de mis favoritos, quedó en minoría. Pero llegamos a Keanu Reeves ¡Bingo! por unanimidad.

¿Aquella panzada de donuts? Pues es que en la primera casa rural a la que fuimos todos, llevamos como docena, o docena y media de donuts para el desayuno del día siguiente (que por supuesto no llegaron) No hay problema. Para la siguiente casa rural, compramos más. Tampoco llegaron ni al segundo día. La tercera vez fue algo vergonzoso. Los chicos fueron a hacer la compra, y llevaban un carro lleno de donuts hasta la mitad. La gente les miraba como si les fueramos a matar. También nos parecieron pocos, y tampoco llegaron para el desayuno del último día ¡los debe hornear el mismo diablo!

El caso es que viendo Matrix de nuevo, veo cosas diferentes. Ya no soy una jovencita soltera sin compromisos. Mi percepción de la vida ha cambiado ¿ha cambiado?

Para quien no haya visto Matrix, mal resumida, ésta es una realidad virtual creada por las máquinas para alimentar el cerebro del hombre. Hombre que es cultivado y del que se extrae toda la energía en unos capullos de los que no saldrá nunca. Es alimentado asimismo por un caldito de otros humanos muertos y reciclados. Todo ello para alimentar con nuestra energía a las máquinas, que son las que controlan el mundo ahora. Matrix por tanto vendría a ser ese "alimento" para el cerebro de esos millones de personas utilizados como pilas humanas. Matrix vendría a ser nuestro mundo, por ejemplo. Como vivir el "sueño" de alguien.

Y llega un dos por dos, Morfeo, morbosamente calvo, que le ofrece a un supuesto "elegido" Keanu Reeves o Neo, que anda coqueteando entre ambas realidades y no lo sabe, dos pastillitas.

La roja, la del camino sin retorno, le sacará de ese capullo-cárcel por el que está dando su energía a las máquinas para aterrizar en el mundo real, sin mátrix: un inframundo, en el que los humanos rebeldes, no encapsulados, son perseguidos y masacrados por las máquinas, tratando de recuperar aquellos, minimamente su antigua posición en el mundo. Y que mátrix no sea el sueño de una máquina sino la realidad real realísima.

La pastillita azul supondrá continuar en Mátrix, sin conocer donde está realmente nuestro cuerpo, y creyendo que lo que vemos cada mañana en el espejo, somos nosotros en realidad, y que la vida que tenemos fuera, es así realmente...en vez de el escenario que me pinta en el cerebro a través de enchufes una máquina para que mi cuerpo siga viviendo.

Y yo pregunto ¿qué pastillita habríais elegido? ¿El horrible inframundo, en un submarino mugroso, con ropa sucia y astrada, comiendo una papilla de proteinas vete tú a saber de donde, y luchando incansablemente contra las máquinas y sus mil formas? ¿o en la brillante mátrix, un sueño bien calculado por máquinas para que el sufrimiento no sea insoportable?

¿Se ha notado qué pastillita elegiría yo ahora?

He cambiado. Hace años, en mi infinita e inconsciente juventud no es que me planteara esta cuestión. Es que me habría tomado la roja a palo seco.

Os dejo un yutú de la banda sonora, que me encanta ¡Abrazos!