lunes, 3 de mayo de 2010

El amor por el jamón II (o el triunfo del Amor y de la Amistad)

"Soy una niña con buena estrella, porque nací en domingo, y los niños que nacen en domingo, tienen mucha suerte, o eso he oido decir"
Nacida en Domingo-Gudrun Mebs-






Cuando éramos pequeñas, este libro era el favorito de mi hermana y mío. Su protagonista, huérfana, anodina y soñadora empieza a salir los fines de semana con su futura madre adoptiva, aunque aún no sabe que lo es. Nunca dijo su nombre, la niña sin nombre era feliz no por tener unos padres adoptivos riquísimos y guapísimos, sino una madre de acogida tan rara como ella y que la amaba tal cual era.

Hoy es el día de las madres, el día de la mía...y mío también, pues hace ya 6 años que lo soy. No quiero más a mi madre, porque ya la adoro y la quería muchísimo, pero ahora sí que es mi heroína y la valoro mucho más.

Soy una suertuda, porque disfruté de mi madre igual que la niña del cuento, siendo adoptiva también fue amada. Soy una suertuda vaya usted a saber si fue porque yo también nací en domingo.

Mi niña, tal y como dije en el post anterior, también lo fue. Nació en domingo, día de elecciones generales. Fue el día en que 8 horas, pese al dolor, no fueron nada. Tenía miedo de que me hicieran una cesárea, de que me durmieran entera, de que no hubiera nadie de su familia (su padre o yo) para recogerla nada más nacer. Le exigí a su padre que se empecinaría y se pelearía con quien fuera para estar con ella todo el tiempo en el caso de que a mi me durmieran o lo que fuera. Pero era domingo, y las dos, nacidas en domingo, tuvimos suerte y pudimos saludarnos nada más aterrizar en este mundo. Cuando fue el momento y nos llevaron al paritorio, me sorprendió el ventanal tan enorme, que cruzaba de lado a lado la estancia, por donde entraba la luz del sol absolutamete radiante. Cualquier fenómeno meteorológico habría valido para conocer a mi hija, pero me alegré de que el mismo sol viniera a recibirla en esos últimos días de invierno. Tuvimos suerte, será que ambas nacimos en domingo.

Seguimos teniendo suerte porque el cordón pudo haberse enrollado más todavía, o no haber terminado de colocarse con los empujones que tuve que dar una hora atrás, casi a punto de cesárea. De nuevo el paritorio me sorprendió pues cuando quise dar el tercer pujo no me dejaron...mi hija, mi hija, estaba en manos de la matrona. Y era niña, no cabía duda, y como la mayoría de las mujeres me la puse sobre mí para darla la bienvenida y olerla, porque era mía, y aunque de mayor quisiera volar como es ley de vida, su primer olor sería para siempre mío. El olor de ella, y de mí, en ese momento no se me olvidará jamás. Sé que no cuento nada nuevo, esto afortunadamente pasa cada día cientos de veces. Era una mamá, y mi santo era un papá; y esa cosita, tan arrugadita dependía toda de nosotros y una y uno entonces sabe que su vida ha cambiado para siempre y que al menos para mí, todo lo anterior era mentira porque cada día después de aquello era un redescubrir el mundo tan cansado como emocionante.

Llegó a nuestros brazos a las 11.23 de la mañana, una hora estupenda. Tuvimos que madrugar un pelín para recibirla, pero la hora fue genial, porque sólo me perdí el desayuno. Tras eso pasamos sus primeras dos horas en el mundo solitas recuperándome de la epidural (eso es otra historia) Esas dos horas volaron transformadas en apenas unos minutos: la conversación más intensa de nuestra vida juntas.

La familia estaba ya esperando a vernos salir de la recuperación: eran las 14.00 horas cuando nos subieron a la habitación, donde mi estómago rugió cual león de la Metro. Pregunté si ya podía comer (todas lo hacen) y la enfermera me dijo que ya habían pasado con la comida. No me importó en absoluto, y eufórica le rogué, en voz alta a mi santo y delante de la enfermera:

-Estupendo, genial, mucho mejor así. Bajaté al bar por favor y me subes el bocadillo de jamón serrano más grande que haya. O dos si son medianos.

La cara de la enfermera era un poema, porque lejos de importarme que me fueran a matar de hambre, me alegraba incluso. No tendría que valorar si mi primera comida como madre sería bazofia hospitalaria, o no. Es más, iba a comer como una reina mi manjar más preciado (junto a los huevos fritos) y no saboreado en 9 largos, largos meses.

Mi santo, presto, iba a echar a correr a por el jamón (ni se dio cuenta que, técnicamente, ya no era antojo) cuando la enfermera cerró al fin la boca vista nuestra determinación, y me dijo que no, que no, aguanta un momento que ahora vuelvo.
Yo creo que me trajo su comida. Tardó 3,3 segundos en traerme la bandeja de hospital con una deliciosa paella (era domingo). A lo mejor no era deliciosa, es que yo estaba muertecita de hambre después de tanto trabajo. Y estaba fría.
Pero los refuerzos empezaron a llegar. Poco a poco fueron apareciendo nuestros amigos. Mi mejor amiga había parado en una gasolinera (era domingo) a comprarme un sobre de jamón serrano junto a la orquídea que me regalaron. Muy muy apropiado. Y esto no es ironía.

Otra de mis mejores amigas, y compañera de trabajo tampoco dejó de pasar por un bar a comprarme un bocata de jamón que traía primorosamente envuelto por el dueño del bar, y que metió de estrangis en el hospital.

Y es que mis amigos, sí sabían sin que nadie les dijera. El otro día me reía muchísimo con uno de estos programas, tipo Mi cámara y Yo (tal vez lo fuera). Una tienda de regalos curiosos, en los lotes a recién paridas incluían en muchos casos el jamón, cosa que extrañó mucho al cámara hasta que le explicaron el porqué.
A mí, la verdad, se me había olvidado ya que era el primer domingo de elecciones desde mi mayoría de edad que me quedaba sin votar. Pero en este día tan grande de amor, porque fue el día hasta el momento más grande de mi vida, dos de mis mejores amigas, sin conocerse, y al traerme sus respectivos ajamonamientos al hospital, no dejaron de recordarme el día que era, y lo importante que era para mí votar. Y ambas, en diferentes momentos, porque ya digo que no se conocían; me dijeron de viva voz su otro regalo:

-Y que sepas que he ido a votar por ti, que sabía que no ibas a poder. Que ya sabes que yo no voto, pero he votado lo que tú hubieras hecho.

¿Es o no es amistad? A falta de uno, fueron dos, por mí, por mi hija.

A mi santo, dado que no le iban a dejar quedarse a dormir (sanidad pública, y habitaciones compartidas) le facturé a nuestro colegio electoral antes de que cerraran la mesa.

Y allá que llegó el hombre, conduciendo 40 kilómetros después de apurar al máximo los últimos minutos del primer día con nuestra niña; para llegar y poner su voto.

Y llegó el último cuando faltaban apenas un par de minutos para que cerraran las mesas, y fue recibido con chufla e interrogatorio:

-¿Aún puedo votar?-preguntó

-Anda, chaval ¿Es que no has tenido nada mejor que hacer en todo el día?

Y él, jadeante, recolorado, orgulloso y aún emocionado (esto me lo estoy imaginando, pero sí llegó con la lengua fuera) dijo:

-Es que hoy…hoy he sido padre

¡Todos le aplaudieron!

Y es que había empezado de nuevo, una gran gran historia de amor…

20 comentarios:

  1. Tita, hermosa, que estaba yo preocupada por tu ausencia, pensando si te pasaba algo y me alegro de que estés de vuelta.
    Lo del jamón y las parturientas debe ser más común de lo que yo creía porque hace poco dió a luz una compañera, le preguntamos qué quería de regalo para el bebé y nos contestó: un jamón. Y eso le regalamos.

    ResponderEliminar
  2. "porque era mía, y aunque de mayor quisiera volar como es ley de vida, su primer olor sería para siempre mío. El olor de ella, y de mí, en ese momento no se me olvidará jamás"
    Como escarpias tengo los pelos Tita!
    me alegro de conocer el final de la historia al fin! ¿o es el principio?
    Mil besos

    ResponderEliminar
  3. Vaya por Dios! Si ahora los niños van a tener que venir al mundo con un jamón debajo del brazo en lugar de un pan... pa alegrar a las madres.
    Desde luego vaya parto más sonado que tuviste!!! Anecdotico total!
    Un besito.

    ResponderEliminar
  4. Qué maravilla, Tita. Perdona por mi ausencia. He estado demasiado ocupada y sin ganas de ponerme a teclear.
    Leerte es un placer. Es como un capítulo de un libro hermoso.
    El nacimiento de un hijo es una historia de amor que empieza y saber que no acabará jamás.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Se me olvidaba, yo también nací en domingo. Será qué?, por increible que parezca, CREO QUE SI.

    Otro abrazo.

    ResponderEliminar
  6. La semana pasada una sobrina nos trajo al mundo nuestro octavo sobrino-nieto. Pidio jamon. La pobre se paso todo el embarazo viendo como todos los demas, los fines de semana, nos poniamos ciegos. Espero que ahora se vengue.
    Besos.

    ResponderEliminar
  7. Hola Tita!:lo primero, AGRADECERTE que hayas cambiado la opción de comentarios,antes no podía comentar..
    Tienes un don, (tienes muchos!): el de valorar el regalo de la maternidad, el de saber cómo algo que estuvo unido 9 meses nunca se podrá separar del todo.Creo que tenéis suerte las dos, tu hija también, porque no todas las madres lo tienen tan tan claro.
    Sigo dándole matraca al Angel de la guarda de tu "futur@",y creo que tienes unos hermosos ángeles ya a tu lado, concretamente tres.También me alegro MUCHO de ver cómo vas "volviendo a la vida".Un abrazón!.

    ResponderEliminar
  8. Tiza ¿ves? no me lo invento...pasan mucha necesidad de jamón las preñis...¡ay que pecado he dicho, por favor, con lo privilegiadas que somos aquí!
    En realidad incluye todos los embutidos curados, pero lo que más duele es el curado padre...
    Ya estoy casi de vuelta, apenas me quedan dos exámenes ¡uf!

    Uma...fue el principio, sí...¡cómo lo será ahora tuyo! Casi no me lo puedo creer, al final ha sido ¡a la antigua! Muchísimas, muchísimas enhorabuenas, tengo que decirte que no he sentido ni pizquita de "amargura" porque nena, necesitabas tanta ayuda, que es un respiro saber que has podido quedarte.

    Anjali ¡jajajajaja! ¿crees que hay algún parto que no sea anecdótico? por lo demás es cierto, si regaláis un jamón (o una punta aunque sea) a una recién mamá, se va a poner contentísima...es rarísima la que ha pasado la toxoplasmosis.

    Azul, es cierto, bien sabes tú que no hay nada que acabe con la historia de amor por los hijos. Absolutamente nada.

    Valdo: es que es lo peor. No recuerdo jamón más apetitoso que el que se comían LOS DEMÁS durante el embarazo. Supongo que sentirás algo parecido por los dulces ;)

    JM gracias por tu visita, me alegro que ya puedas comentarme. Sigo contando con "vuestros empujoncitos" que falta hacen, y nunca vienen mal. Estoy muchísimo mejor. Una acaba abriendo los ojos y el tiempo de agradecer lo que se tiene, me ocupa casi todo el día...

    Muchísimas gracias por venir a todos ¡abrazos apretaos!

    ResponderEliminar
  9. Ays Tita, como escribes.......se me han arrasado los ojos, tal vez porque eso yo también lo he vivido dos veces...

    Y no te digo nada cuando al final, entró tu santo en el colegio electoral...SI NO CABRÍA DE LO ORGULLOSO QUE ESTARÍA AL DECIR "HOY HE IDO PADRE"!!! jajajaja

    Feliz dia de la madre guapa

    ResponderEliminar
  10. Yo no recuerdo el olor de mi niña.
    Estaba vomitando sobre la mesa del quirófano mientras la sacaron de mi barriga y lo único que vi cuando me la presentaron, fue su naríz torcida...

    El jamón... qué rico!!! jejejejejeje

    Un besico
    Elly

    ResponderEliminar
  11. Hola Tita, siempre me emocionas mi niña, es una gozada leer lineas cargaditas de amor y de ternura, de esa ternura tan tuya que hace que me sienta bien por dentro.

    Ser madre es una maravilla de la vida y tu hija tiene una madre que es grande y rica en amor.

    Un abrazo lleno cariñitos

    ResponderEliminar
  12. ya lo sabía Tita! yo diferencio los blogs de la vida real...en los blogs la comunicacion me parece mas de pensamiento a pensamiento...mas sincera en algunos aspectos...
    Ademas en la vida real tambien me resulta diferente cuando alguien se que ha pasado penurias y cuando le ha resultado muy facil...
    No se si me explico...

    ResponderEliminar
  13. Y así empezó una maravillosa historia de amor que durará toda la vida.

    Momentos únicos e inolvidables. Los más maravillosos que la vida nos regala.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  14. MariLuz: ya te digo, es de esas frases que sólo se dicen así una vez en la vida ¡así le aplaudieron,claro!

    Ellyllon...anda, que al menos se te olvidaría las que pasaste ¿o no?
    Otro día contaré lo peludita que nació mi niña ¿eh? que no todo es belleza jajajaja Un abrazo muy apretao, espero que estés algo mejor

    Pluvis...eres refrescante y cálida como siempre...un abrazo preciosa

    Uma: Te explicas divinamente ;)

    Carmen: Realmente es difícil que estos momentos no sean inolvidables ¿verdad?

    Abrazos apretaos ¡gracias por venir!

    ResponderEliminar
  15. y un jamón decía el anuncio
    siempre tan tierna y me encantas
    besos

    ResponderEliminar
  16. A mi ese momento m lo quitaron,lo mio fue una cesarea , pero eso no quita(despues m he enterado)d q se la llevaran nada más nacer,ella estaba bien y yo tb,recuerdo en mi mente perfectamente el grito(grito no lloro jaja, nacio guerrera )nada más salir,y sus piernecitas azules d pasada,pero m perdí su olor y su carita nada más salir.Si tengo otro tengo claro q no se lo llevan ni aunque sea cesarea pq les monto un cristo d no t menees,conozco ahora cuales son mis derechos, y digo derechos,peque d tonta y madre primeriza.La primera vez q vi su carita estaba en brazos d su papa,ya vestidita,jamás olvidaré su carita y especialmente la d su padre, estaba desbordado d emoción con los ojos llenos d lágrimillas,fue un reencuentro realmente bello,aunque diferente al esperado,pues tuve celos d papá.No pude evitar pensar al rato: "coño, ¿no la he parido yo?"La cesarea no es excusa para q t roben esos momentos, a mi q m hicieran una cesarea no m importó en absoluto,conozco madres a las q si, q se sentían como"inútiles" por no haber podido hacer más, yo esa sensación jamás la tuve ,cuando toca toca,y no hay más, ni eres más débil ni empujas menos q otras( q alguna memez d ésas m he tenido q oir alguna vez,hay mucha madre coraje ignorante suelta por el parque),esto simplemente es una loteria.Al contrario, sólo puedo q estar agradecida a la oxitocina,a q m rompieron las aguas con una aguja d medio metro,a la raquianestesia y a todo el equipo médico q hizo todo lo posible para q todo saliera bien ,y desde luego salió bien gracias a la cesaria,en mi caso d no ser así pues soy d las q hace años hubiera muerto en el paritorio y mi hija probablemente tb, así q doy gracias por todos los avances médicos q hay.Un parto natural no siempre es posible. Eso no quita q la próxima vez exija q no sólo piensen en q todo salga bien, si no q tb piensen en mi como madre.CReo q a veces se tiene una visión erronea d la cesarea, esos primeros momentos, a no ser q se trate d una anestesia general(la inmensa mayoría d veces es local)no debe quitártelos nadie.Bsitos a todas.

    ResponderEliminar
  17. Cruela...como se nota que no has tenido buen día...que blandita estás, dios!!

    Laura: Por todo eso que cuentas me pareció que habíamos tenido tanta suerte. Menos mal que están los adelantos para estas cosas, y que ahora casi nadie se muere de parto...Y es que, ser agradecido, es de bien nacidos. Por eso creo que tú, que tenías esos adelantos a tu alcance, y yo, que no llegué a utilizarlos, pero ahí estaban y no como en los paises tercermundistas...tuvimos suerte.

    Abrazos fuertes ¡muac!

    ResponderEliminar
  18. Que bien lo cuentas Tita y que emotivo, se me han saltado las lágrimas ... y es que cada vez que leo histórias de partos me emociono ...
    Y tus amistades que muestra tan grande de afecto ! eso no se olvida !
    Y tu santo hasta pudo votar ! que momento tan bonito cuando le aplaudieron, seguro que se sintió el hombre mas feliz de la tierra ...

    Besos !

    ResponderEliminar
  19. Pues yo debo haber parido sin darme cuenta, porque tengo ganas de comerme un bocata de jamón....

    ResponderEliminar
  20. las 11:20 es madrugar Tita? jeje. mi yogurcina mayor nacio a las 5.25a.m despues de toda una noche reclamando un bocadillo de jamón en el paritorio, entre risas con el papi jejeje

    que olor tan dulce, lo recuerdo de las dos veces que he sido mamá,c ada una tiene un olor tan especial. y a la pequeña la debio gustar el mío tambien más de la cuenta porque la tuve pegada, loq ue se dice pegada literalmente día y noche hasta el año y medio. Dormía oliendome, comía oliendome, mientras yo iba al baño me olía, mientras veía la tele por la noche me olía y la tenía que tener a ella encima dormida porque si la metía en la cuna y dejaba de olerme lloraba.

    Ha sido precioso pero tambien me cansaba de vez en cuando de que me oliera tanto.

    Mi libro favorito de la infancia tambien ha sido nacida en domingo, el cual estuve buscando por internet pero imposible encontrarle. gracias a esta búsqueda descubrí que no sólo ha marcado mi infancia, sino tambien la de muchas niñas nacidas o no en domingo.

    ResponderEliminar

Gracias por pararte a escribirme algo