domingo, 18 de octubre de 2009

Salchichas con chucrut (o de cuando cayó el muro de Berlín)

Me encanta el País Semanal.

Hoy su portada es la foto del muro, con un chico subiendo, otro mirando hacia arriba y muchos más arriba del todo, acaballados en él con una pierna en RDA y la otra en RFA. Es el lado del muro pintado.

En la portada: BERLÍN AÑO VEINTE CUMPLEAÑOS FELIZ. El acontecimiento me sigue poniendo los pelos como escarpias, de emoción, porque en mi interior no reconozco violencia más extrema que la de coartar la libertad de movimiento, o de pensamiento. Hoy al estremecimiento se suma la cuenta ¡Veinte años! vamos para viejos...sí, ya sé que estoy apenas en la treintena, pero ¿veinte años? ¿yaaaaa?

Hace 20 años empezaba 1º de BUP (Bachillerato Unido Polivalente, para que me entiendan los hijos de la ESO), y el Super Pop, al que era entonces tan adicta como lo soy ahora al País Semanal, nos regalaba un trocito de piedra del recién abierto y derribado Muro de Berlín. Recuerdo que venía en una cajita de plástico transparente con tapa de cartón negro por detrás. En la revista publicaban fotos de como habían traído una sección de muro. Recuerdo las fotos de los camiones (serían, o no serían verdad....) y recomendaban que sacáramos el trocito que nos regalaban, lo apretáramos fuerte entre las manos y sintiéramos las historias que no habían podido ser hasta ese momento y las que a partir de ahora serían...o algo así.

Por supuesto, no abrí la piedra, ni la estrujé. Y digo por supuesto, porque mi madre, en uno de sus arranques de Mr. Proper si la hubiera encontrado sin cartón por mi caótico cuarto la hubiera tirado sin contemplaciones al grito además de “y hasta piedras tenías en el cuarto, como cuando eras chica en la mochila”…pobre, si ahora hasta la entiendo….

Y digo también que por supuestísimo no lo abrí, porque ya con 14 años además de ser muy muy soñadora, también era bastante bastante realista. Ya bastante emotivo era el hecho en sí, y el trozo que se habían molestado en traer desde Alemania, y romper en trozos, y envasarlos para compartir con naturalmente-hormonadas adolescentes algo más que consejos sobre besos con lengua. Pues digo, que ya bastante emotivo era el acontecimiento…yo no necesitaba además apretujar el cascote pequeño, gris, de hormigón.

Dos años después conocí al amor de mi vida. Sí, así con esta seguridad lo digo, porque pase lo que pase, lo será para siempre, aunque no viviera con él. Que vivo ¿eh? Es mi santo, el que me cocina y con el que ya llevo la friolera de 17 años, 7 de ellos compartiéndolo todo. Siempre fuimos aves raras, y pasábamos horas, y horas, días y días, semanas y semanas, meses y meses ¡hasta años!….buscando huequitos donde poder charlar todo el tiempo que pudiéramos. Con 30 años diréis que es normal…pero se reían bastante de nosotros con 16 años.

Por aquella época no éramos buenos clientes…la verdad.
Pasábamos las horas en bares con dos cafés con leche con dos azucarillos cada uno y dos vasos de agua. Algunos fines de semana íbamos a un pub-cervecería con sillones grandes de mimbre que tenía poco jaleo, y una gran cristalera que miraba a un descampado al pie de las montañas, donde casualmente 10 años después construirían el bloque donde tenemos nuestra casa…¡estoy cayendo ahora en la de horas que pasamos mirando sin querer nuestro futuro hogar!
He comenzado hablando de Alemania, y por ahí continuaré (o uniré historias). A veces en esta cervecería nos tirábamos el moco con las 2000 pelas de paga semanal (12 euros al cambio, me muero de la risa) y nos pedíamos el plato típico: Salchichas con chucrut que ya no me acuerdo como se llamaba en la carta, pero que sonaba mucho más Subanestru Jenbajen.



No eran como las de la foto. Era un plato finísimo con una única salchicha blanca, grande y cortada a lo largo y dorada a la brasa, con una cucharadita de chucrut, un poquito de puré de patata y mostaza especial. Cuando yo digo finísimo me suelo referir a que te deja con hambre, si no diría “elegante”. Estaba bueno que te cagas (que poco elegante, podió), pero nos llegaba a un diente…y no te digo nada cuando la paga se había agotado y nos pedíamos un plato para picar los dos.
Lo recuerdo tan tierno como en Dos en la Carretera…me dan ganas de llorar de amor cuando lo recuerdo y también cuando vi la película…tienen que dormir de emergencia en un hotel carísimo y como no quieren comer nada para poder pagar la noche, hacen como aquel que dice de faquir, engañando al hambre para descubrir al día siguiente que el hotel tenía una oferta en la que el desayuno iba incluido con el alojamiento….
Lo bonito, o triste, con los años es que volvían al mismo hotel, él ya siendo arquitecto de renombre…Qué poco valoramos lo que conseguimos, qué poco comparamos con lo felices que nos hacía lo poco. Sólo tratamos de superarlo, que sea mucho y “hartarnos”. Sólo con el paso de los años valoras lo poco como una eternidad de grande ¡ay!

Como decía, la deliciosa y agradable salchicha me dejaba ligeramente insatisfecha (Uy podió ¡qué mal ha sonado eso!) por la falta de poder adquisitivo quiero decir (bueno, creo que esto ya ha quedado fatalmente fatal)

Años después aquella cervecería cambió de dueños…y con ellos de carta. Las salchichas blancas con puré de patata y chucrut (col hervida finita que venden en lata) son un plato muy rico y socorrido. Lo ponemos abundante…nos quedamos hartos, pero no señor, no tiene el sabor de aquellas tardes de salchicha y dos cafés con leche con dos azucarillos y vaso de agua.
Pero nos queda el recuerdo compartido ¡que es un mundo! Y que tengamos muchos años para recordarlo de la mano.
La receta es bien fácil: Salchica blanca, a mí me gusta abrirla a lo largo, y hacerla a la plancha-brasa (tal y como la conocí), un poquito de puré de patata (seguir receta del de Polvo de Maggi) y chucrut. Se compra la lata, y se rehoga poca cantidad (cunde mucho) en una sarten en la que habremos dado unas vueltecitas en mantequilla unos taquitos de bacon y manzana cortada chiquitita. Servir acompañado de nuestra mostaza favorita (con Uncle Williams desluce un poco, la verdad) Es delicioso.

Esto ha quedado largo de la leche, pero me he quedado bien agusto también. Hacía mucho que no escribía. Termino con “el lado pintado” que mencionaba arriba. Mi santo me llevó en nuestros primeros años de novios, siendo adolescentes, a su antiguo barrio, donde está el Parque de Berlín. Me había dicho que allí habían llevado ¡por supuesto!, secciones del muro tras su caída. Ya me lo había contado…pero la impresión no fue por ello menor. En un lado había grafitis (de la época de Alemania ¿eh? No de Madrid), lo normal, vamos. Rodeé el “monumento”. El otro lado estaba completamente limpio y gris. La tristeza invadió mi corazón, la violencia de ese muro limpio me golpeó aún sabiendo previamente lo que iba a encontrar.

Las lágrimas aún acuden. Y aún lo hacen porque todos los esfuerzos, todos los símbolos a los que nos aferramos (la piedra del Superpop, traer una sección al Parque de Berlín, y demás manifestaciones) no sirven para evitar que se levanten muros nuevos.

¡Paf! Manotazo a la tristeza. Hay que arremangarse y seguir luchando por mantener el equilibrio.
¡Feliz tarde de domingo!

13 comentarios:

  1. Ufffff Tita, has destapado el cajón de los recuerdos de par en par.

    Los recuerdos de aquellos episodios del muro, que a mi me pillaron ya con edad de comprender y de horrorizarme ante tanta barbarie y tantas historias humanas que hacian llorar de pena.
    Los recuerdos llenos de alegria por su caida ¡¡¡ Por fín!!!
    Y como no, los recuerdos de ese sandwich de jamón y queso con refresco y con mucho, muchísimo amor, con quién , como tu, es y será el amor de mi vida.

    Lástima que seamos tan borricos los humanos como para seguir levantando muros. Muros de vergüenza.

    Un abrazo apretao, Tita.

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  2. Me ha encantado leerte. Sabes? tengo una foto oscura echa con una mala cámara de fotos al ladito de un trozo de muro que pusieron en la expo 92. Tenía 19 años. !!que recuerdos, que tiempos!!

    Lilas.

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  3. Vaya, el muro de Berlin, que recuerdos, aún recuerdo la emoción con la que vivi aquellos dias, parecía que nunca iba a ocurrir y zassss, increible, de verdad Tita, fue algo que nunca olvidaré.

    Las salchcichas...otro dia te comento...que sigo pensando que eres una bandarrilla

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  4. Me ha encantado tu Post! me ha encantado recordar contigo la cerveceria de las salchichas, la poesia de mirar tu futura casa sin saberlo y lo de haber conocido a tu media naranja tan pronto...
    Pero para quitarle hierro (o romanticismo) al asunto te diré..que la caida me toco algo mas joven,10 11 años y para mí fue una faena pq la monja nos obligó a hacer un trabajo sobre la caida del muro y mi enciclopedia obviamente no mencionaba nada, y no habia internet y yo era superempollona y no sabia por donde cogerlo...
    en fin!!! que me caigo de hambre y hoy tengo SALCHICHAS!!!!! vamos que creo que me voy a ir a por chucrut y mostaza ahora mismo...
    besos
    (y no te hagas tanto de rogar que ya te echaba de menos)

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  5. uffff yo en el 89 ya estaba trabajando, sip como dije en mi último post mi vida personal estaba un poco como el muro derrumbándose pero recuerdo que a pesar de ello, lo viví como una promesa de algo nuevo como que e mundo iba a cambiar, ya ves no lo fue ... vamos a peor...pero sí que me encanta la chucrut nosotros íbamos a un sitio donde por 500 pelas podías repetir hasta la saciedad... vamos encima con la cerveza gratis, se llamaba la "grosse saucisse" y salíamos de allí reventados de comer y hartos de beber, qué risas, qué tiempos, será el otoño parece qeue todas estamos nostálgicos
    Besos

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  6. Carmen, así me sentí ayer al ver el País Semanal...o será el otoño como dice Cruela...últimamente recuerdo mucho, no exactamente con nostalgia pero algo sí...

    Lilas, gracias por venir, me hace mucha ilusión tu visita. Me encantaría ver esa foto ¿puedes escanearla? si lo haces, podríamos ponerla aquí ¿quieres?

    Pluvis...supongo que para vosotros sería 50 millones de veces más emocionante el acontecimiento. Para los que éramos muy muy jóvenes, yo por lo menos, me pilló más o menos conocer en el mismo momento que eso había existido, y que por fin había caido. Es de vergüenza, de verdad.

    Uma: jajajaja nunca me fallas, siempre me haces reir. Me has recordado esas entrevistas a treinta y muchoañeros a los que preguntaban ¿Qué recuerdas de la muerte de Franco? y casi todos invariablemente respondían: Mucha alegría porque nos dieron 3 días de fiesta!!!!

    Cruela: Aunque sólo sea como una promesa de cambio...ya solo por eso vale la pena ¿verdad? Esos momentos de esperanza, desde luego, ya no te los robará nadie.
    Lo negativo es que se siguen levantando muros, lo positivo es que sabemos, que TAMBIÉN PUEDEN CAER

    Un abrazo apretao para todas y cada una.

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  7. ¡Recuerdos, recuerdos...! Yo tengo grabados en la memoria el día que se pisó la Luna, o cuando mataron a Kennedy. o (hace diez minutoss) lo de las Torres Gemelas...
    Es la ventaja o desventaja de tener más años...
    ¡Pero no nos pongamos tristones...¡¡¡MARCHANDO UNA DE SALCHICHAS!!!

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  8. Coincido con Pedro, yo recuerdo la llegada del hombre a la luna, el asesinato de Kennedy y, al día siguiente, el asesinato en directo de Lee H. Oswald, y la muerte de Franco, y la llegada del exilio de Dolores Ibarruri, y la entrada de Pasionaria o Alberti, ya diputados, en el Congreso, y el 23-F, que estaba oyendo la radio mientras cosía el bajo de unos pantalones, que nunca más fuí capaz de ponerme...
    Y ya, en plan lírico, en la cadena de bares "La Fábrica" ponen las salchichas con choucrut cosa rica...

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  9. ¡Madre mía, Pedro y ninguno! desde luego, mucho mejor cumplir y cumplir años, donde va a parar. Del 11-S y del 11-M, que como bien dices fue hace nada...mejor volvemos a hablar de ello dentro de 20 años por lo menos....:(

    Ninguno, lo de La fábrica es para mirarlo ¡hummmm!, oye, y en plan poético ¿por qué no volviste a ponerte aquellos pantalones?

    Besos para todos, de vieja y seguiditos

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  10. ¡¡¡Marchando un de nostalgia!!!
    Pues yo me acuerdo de la visita de Eisenhower.
    Yo también tengo un pedazo del muro de Berlín, está encima de mi mesa de despacho. Me lo trajo mi hijo cuando estuvo allí en el 92.

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  11. ¿Einsen quiéeeeeennn? ;)

    Esta nostalgia, tiene que ser cosa del otoño, seguro

    ¡Besos Valdomicer! ¿Has hecho algo rico de comer? Voy pá tu blos a ver, que no sé que poner de cena hoy, ni mañana de comida.

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  12. Hy voy a darle un gustazo al cuerpo, porque lo merezco, me he machacado en el Gimnasio y estoy bien.

    Pochas con chorizo, puerro, zanahoria, un tomate pelado y todo troceado, le agrego un chorrito de aceite, y cuando estan casi cocidas, le añado un sofrito de aceite con cebolla y pimiento verde. EXQUISITAS

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  13. Di que sí, Contra, que haciendo ejercicio, tampoco es plan de comerse una hoja de lechuga.

    ¡Qué buena pinta! entiendo que las pochas son judías ¿no?

    Besos

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